Capítulo 14. ¡Detente!
—No sabía sobre esas órdenes de Egil, señor Vítor —dice Petra apenada, pero inmensamente feliz en su interior—. Yo misma la llamé señora algunas veces. Egil no me dijo nada, si lo hubiese sabido antes, no hubiese pecado ante mi ignorancia.—Lamento mucho que no se le haya informado, señorita. Pero el señor dejó en suspenso su certificado de matrimonio.—¿Y eso es bueno o malo?—Para un título tan importante como la esposa del heredero más conocido y próspero de todos los tiempos, es algo malo, definitivamente. El señor se está negando a reconocerla y darle su apellido, por lo mismo, ningún miembro de la familia la reconocerá como uno de ellos. Aunque, a pesar de eso, sigue siendo alguien importante y digna de respeto por llevar el apellido Valencia.—Sí, comprendo —Sonríe la mujer, pretendiendo ser apacible.Vítor se retira y Petra se queda pensando en su posición. Debe detener a toda costa ese certificado, aunque para eso deba matarla. No puede haber otra mujer más importante que ell
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