VítorEstaba de pie frente a ella, esperando a decidir si aceptaba o no la oferta. Pero ella permanecía en silencio, con la cara vuelta hacia otro lado. Me quedé mirándola y no entendía por qué no decía si iba a aceptar o no. Estiré el brazo, acercándome a ella. Le toqué la cara con la mano, bruscamente en la barbilla, y la hice volverse para mirarme. Sus ojos se clavaron en los míos. - Sofía, por favor. Ya estaba todo garantizado, habías aceptado la proposición. No entiendo por qué no quieres. Me tomé muchas molestias para hablar con tu abuela, para obtener su consentimiento y ahora tienes dudas, ¿es eso? - pregunté. Mi voz sonó suave y seguí mirándola, que entonces humedeció aquellos labios carnosos que me tenían hipnotizado. Quería besarla. Entonces me aparté, apartando la mano de su cara, cerré los ojos y sacudí la cabeza. ¡Contrólate, Vítor! No es momento para eso. Primero tienes que convencerla de tener un bebé y luego besarla y llevártela a la cama. - ¿Qué te pasa? ¿Te encu
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