Hunter se queda conmigo el resto del día para prepararme, así que, por hoy, no tengo que hacer ninguna tarea en específico.Me ha explicado ya varias veces lo que se supone que tengo que hacer, pero mi mente divaga muy lejos de ahí, pensando cómo es que terminé así, casada con un hombre lobo que me trata como si fuera una especie de juguete que usa a su antojo como mejor le convenga.—¿Zara? ¿Entendiste? —me pregunta.—Ah… creo que… ¿me lo repites, por favor?Hunter suspira y niega con la cabeza, se sienta a mi lado y toma aire para volver a hablar.—Mira, sé que todo esto para ti debe ser muy confuso, lo es incluso para nosotros. No confiamos en los otros lobos, y sé que Damon está actuando un poco extraño, quiero decir, no suele ser tan… cruel.—No trates de justificarlo, sé que me engañó —le digo con la vista fija en mis dedos mientras jugueteo con un hilo de mi ropa.—No lo justifico, solo digo que quizá todo esto no es lo que parece, no lo sé —suspira otra vez.Quizá lo dice porq
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