Blanca.Vueltas y vueltas en la oficina, sin dejar de recordar ese beso que aún podía sentir. No era mi primer beso, pero joder, fue uno de los mejores por no admitir que por mucho habia sobrepasado a todos. Tecleaba en el ordenador, tratando de hacerlo desaparecer de mi cabeza. Nada funcionó, llegó la tarde, fui por mis padres al aeropuerto llegada la noche para despejar mi cabeza, aunque la loción de Theo en el auto que dispuso fuera por ellos no ayudó en nada.Los llevaría a mi apartamento, pero este insistió en que era mejor opción su casa, por ello fuimos directamente a ese lugar. La cena ya estaba lista, me avisaron en cuanto los instalé en sus habitaciones. Theo aún no llegaba de la oficina por lo que pedí esperarlo. Lo cual no fue tanto ya que pasado diez minutos el hombre con mirada intensa entró por la puerta, sacándose el abrigo que llevaba debido al clima frío. Colocándolo frente a él, quise ponerlo en el perchero y negó llevándolo incluso sobre la mesa.Saludó ferviente
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