Quiero dos bolas de helado sobre mi cono, uno para lamerlo lentamente y el otro para dejar que se derrita sobre tu piel mientras tus labios susurran una súplica. Mi esposa Sin mediar palabras, Santiago se acercó a Camila dando largas Zancadas, estiro su brazo para sujetar el de ella, sin embargo, una mano detuvo su movimiento y se interpuso entre él y ella. Camila sentía que se iba a desmayar, no podía respirar, le dolían los pulmones, toda su sangre se agolpó en su pecho, se sentía mareada. —Será mejor que me diga a que ha venido, porque no pienso tolerar que me falte al respeto o a mi esposa de esta manera —gruñó Lucas sosteniendo la muñeca de Santiago. El ex de Camila sonrió de lado y recompuso su postura. —¿Tu esposa? ¿Estás seguro de eso? —Cuestionó con ironía—. Hasta donde tengo conocimiento, ella es mi mujer, mi esposa y la madre de mi hija —agregó sin apartar la mirada de ella. —Y hasta donde tengo entendido, su supuesto matrimonio era falso, nunca estuvieron casados y t
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