Llega de improvisto Esteban, al apartamento de Tatiana y se consigue, con la grata visita del turco en la casa de Tati, quién se pasea en bata, como perro por su casa ¿Sacará a relucir su carácter siliciano? —Buenas tarde hija... —queda Esteban, sin palabras y mira con aprensión al turco, inmediatamente se va a internar en la habitación, sin antes saludar: —Buenas tardes señor, con permiso—saluda el turco, de lo más sonriente. —La niña, está con la niñera papá, por si quieres verla—busca Tati de persuadirlo. —Francamente Tatiana, que decepción tú no tienes arreglo, como es posible que metas de una, a ese tipo en tu casa, con tu hija y sin conocerlo bien por Dios ¿Eres primero mujer que madre? Por lo visto, pesa más tu calentura, muchacha inconsciente—la mira con mucha severidad y Tatiana, queda sin palabras. —Ay papá. No quiero sermones. —Es lo único, que saber hacer evadir. Voy a ver a mi nieta, ya estoy aquí y me voy enseguida. Si no te juro, que echo a ese tipo a patadas. Me d
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