CAPÍTULO 59 A la mañana siguiente, después de que Juliette enviara los niños a la escuela, estaba a punto de dar la vuelta, pero vio que una figura familiar apareció frente a ella. ―Marcos, ¿Qué haces aquí? ―estaba a punto de irse, pero fue detenido por él. ―Juliette, por favor, no te escondas de mí. Sé que tu vida es muy difícil y ese hombre, te trata mal, así que no seas valiente. A ella por poco le sangran los oídos, no podía dar crédito a lo que escucho. ―¿De qué demonios estás hablando? ¿Quién te dijo esa mentira? La expresión de Marcos se sobresaltó viendo la firmeza en la mirada de Juliette, pero después de pensarlo nuevamente, se volvió más determinado. ―Juliette, lo sé todo. Sé que esta familia no te acepta, podrán fingir que te aprecian, pero no es así. Nunca podrás ser como ellos. Margaret le había hecho una visita y para tergiversar las cosas, dejando a Connor como un demonio y a Juliette como la pobre ovejita esperando ser comida por el gran lobo feroz. También, le
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