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66 chapters
La emoción del reencuentro.
Definitivamente algo había cambiado en Francesco, no hablaba igual, no miraba igual, esa ternura por la vida que se podía apreciar luego de despertar del coma y de como lo trataba todo el mundo había desaparecido. Con la ayuda de Han, quien yacía muerto a su lado, había recuperado su memoria, todo volvía, ahora su vida estaba muy clara, como si estos últimos dos años y medio solo habían pasado en su mente, como un sueño o una pesadilla realmente. — No podemos dejarlo vivo, este malnacido quiso matar a tu hija.— le recordaba Mike a su hermano, viéndolo otra ve con algo de miedo dado que él volvía a tener esa mirada dura y severa que siempre tuvo.— Sé lo que hizo y su peor castigo será ver que su hijo crecerá sin su padre, encerrado en una celda hasta que se vaya pudriendo poco a poco.— respondió Francesco, acercándose hasta John, guardando su arma y amarrándole las manos con todas sus fuerzas.— ¿Su hijo?.— intentó preguntar Mike, pero Francesco no lo dejó terminar.—
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Se acabó esta pesadilla.
Luego de aproximadamente dos horas de haber llegado Caroline a la mansión Rucci, Francesco salía de emergencias, con el brazo inmovilizado por el disparo recibido, pero ansioso de llegar a su casa para ver a su hija nuevamente. Era como si el mundo volviera a girar normal ahora con todos sus recuerdos, los buenos y los malos, amando aún más a la madre de su hija, su gran amor y único amor. — ¿Listo?— le preguntó Mike al verlo salir del hospital, él esperaba en el auto, pensando en lo maravilloso que era el amor entre hermanos, capaz de perdonar faltas realmente graves.— Listo hermano, ya toda esta pesadilla acabó.— respondió Francesco, subiéndose al asiento del copiloto.En el camino conversaban del trabajo, Mike quería involucrarse más, ser una persona útil para la empresa, dejar atrás todos estos años de vagabundería y de malas decisiones. Alice, por su parte, se disponía a retirarse de la mansión Rucci, después que los médicos forenses revisaran a su hija, para descarta
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Te amé, te amo.
Para el orgullo masculino, descubrir que la mujer con la que estuviste a punto de casarte y de la cual pensabas que tendrías un hijo, te había sido infiel con tu jefe de seguridad era una de las peores cosas que le podían pasar en la vida, pero para Francesco no, él estaba realmente feliz de no tener ninguna obligación con Zia, tanto era así que no le temblaría el puso en lo más mínimo meterla a la cárcel. Para su sorpresa, entró en la habitación y encontrandola completamente vacía, esto fue decepcionante, también estaba vacía la cómoda junto al espejo, perdiéndose miles de dólares en joyas pertenecientes a Francesco.— Huiste, bien por ti, pero no creas que no te encontraré, pagarás por hacerle esto a mi hija.— decía Francesco, revisando cada uno de los compartimientos de su cómoda, viendo el alcance del robo sufrido.— ¿Dónde está Zia?— preguntó Mike al ver que Francesco bajaba sólo las escaleras, con ánimos de estar derrotado.— No está, supongo que al ver el alboroto
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Esa no era la respuesta esperada.
Una nueva boda se avecinaba, aunque esta a diferencia de la otra que fue interrumpida por un plan malévolo, si tenía al menos a una de las partes involucradas enamorado con locura por la mujer que sería su esposa.Hablamos de Aron, un hombre que luego de estar felizmente casado con la mujer que pensó estaría con él hasta el final de sus días, pero que desafortunadamente falleció en un accidente de transito, dejándolo devastado y con la idea que muy probablemente no se volviera a enamorar otra vez en su vida. Habían pasado dos semanas desde el compromiso entre Alice y Aron, en el medio, Francesco había visto a su hija casi que a diario, guardando las distancias con el amor de su vida, entendiendo, que hasta inconscientemente había cometido muchos errores muy graves y que la madre de su hija merecía ser feliz, alejada de todo lo que le afectó tanto por más de dos años.— Francesco, que sorpresa encontrarte aquí.— le dijo Luke a su hermano, en medio de la sala de espera de la clínic
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Un final solo de tú y yo.
— ¿Qué quieres que te diga Aron?— gritó Alice, sabiendo que estaba haciendo las cosas mal, en esto ella debía ser sincera y no lo estaba haciendo.— Quiero que seas feliz Alice y quería que lo hicieras conmigo, pero ahora me doy cuenta que eso no podrá ser.— espetó Aron, estaba enojado, no con Alice, si no con la vida en realidad, después de darle otra oportunidad al amor le ocurría esto.— Te elegí a ti, ya he sufrido mucho por amor y esperaba que tomando esta decisión dejaría de hacerlo.— dijo Alice, entendiendo lo horrible que se escuchaba esto al decirlo en voz alta.— Un matrimonio no es un acto de caridad Alice, pensé que habías aceptado casarte conmigo porque de verdad querías intentar que lo nuestro funcionara, pero veo que aún lo amas igual que él a ti.— expresó Aron, sintiéndose derrotado, no tenía ningún sentido seguir con esto adelante y tampoco sería nada justo.— Yo solo quiero…— intentó decir Alice, pero Aron colocó su dedo índice en los labios de la
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Epílogo
Dos años pasaron desde el día en el que Alice y Francesco se unieron en ese beso realmente espectacular. Eso había sido suficiente para que después de pasar unas cuantas semanas de novios y citas, de interminables conversaciones también, para que empezaran a vivir juntos, dando un gran paso para pasar una vida llena de felicidad, progreso y amor. De Zia no se supo nada hasta casi un año después de que ella saliera huyendo, al parecer, logró sobornar a unos cuantos, seguramente con sexo, para que le dejaran el camino libre y pudiera salir del país sin ser detenida. De los cien millones que pidió, logró retirar solo cuatro, suficientes para llevar una vida tranquila en una isla del caribe, era millonaria entre muchas personas de escasos recursos. John, por su parte, recibió la mayor condena que se podía recibir por secuestro de menores, extorsión e incluso intentó de asesinato, serían muchos los años que pasaría tras las rejas. — Cariño, ¿Qué te parece este lugar para la boda?— preg
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