Luego de aproximadamente dos horas de haber llegado Caroline a la mansión Rucci, Francesco salía de emergencias, con el brazo inmovilizado por el disparo recibido, pero ansioso de llegar a su casa para ver a su hija nuevamente. Era como si el mundo volviera a girar normal ahora con todos sus recuerdos, los buenos y los malos, amando aún más a la madre de su hija, su gran amor y único amor. — ¿Listo?— le preguntó Mike al verlo salir del hospital, él esperaba en el auto, pensando en lo maravilloso que era el amor entre hermanos, capaz de perdonar faltas realmente graves.— Listo hermano, ya toda esta pesadilla acabó.— respondió Francesco, subiéndose al asiento del copiloto.En el camino conversaban del trabajo, Mike quería involucrarse más, ser una persona útil para la empresa, dejar atrás todos estos años de vagabundería y de malas decisiones. Alice, por su parte, se disponía a retirarse de la mansión Rucci, después que los médicos forenses revisaran a su hija, para descarta
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