143. Pronto sabrás de mi
El cielo aún se encontraba algo oscuro, la luz del amanecer aún no había empezado a dar sus primeros rayos, Dayana dormía tranquilamente desnuda entre las sabanas, su respiración era tranquila y relajada; Alexander estaba sentado en la cama completamente vestido contemplando su rostro, él era consiente que cuando ella despertara no recordaría nada, su mente estaría nublada por horas, si no es que días, pero tarde o temprano la niebla se dispersaria y terminaría atando cabos de lo que paso esa noche. Él se marcharía, por el momento mantendría su distancia, pero esta vez no era como antes, estaba completamente seguro que se verían de nuevo más pronto de lo que ella pensaba, con sumo cuidado y amor, Alexander acaricio su rostro, pasando los dedos por la suave piel de sus mejillas. — Te dejé ir porque así tu lo quisiste a pesar de que fue en contra de mi voluntad, lo hice porque te amaba en verdad, llegué a pensar que si mi amor te lastimaba no tenía sentido el quererte, pero ahora que
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