Felipe nota que Samantha no está, observa un momento a Izan que duerme profundamente. Sale de la habitación y la consigue, a medio camino de las escaleras, lleva un vaso de agua en sus manos, Samantha se gira de prisa y Felipe no entiende por qué lo hace, baja las escaleras y ella, se mantiene rígida en su sitio.—Por favor, no me veas— le pide, Felipe coloca sus manos en sus hombros, trata de girarla, pero se mantiene firme.—Sam…, no debes avergonzarte de ti, una vez te lo dije recuerdas— ella asiente con el dolor presente dentro de ella.—Ya, ya… no soy igual. ¡Joder!, no quiero que me veas.Se acerca mucho más y su pecho descubierto pega con su espalda y Samantha siente como su piel se eriza, las manos de Felipe, se pasean por su cintura y suben lentamente.—¡No! — grita y las aparta, sin girarse.—¿No?—No quiero nada sin amor, quiero que de verdad nazca de ti y no sea porque quieres asegurarte que sea tuya, solo por la llegada de Leonardo.—Ja, no debo asegurar nada, eres mía Sa
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