—¡Dios!— Anastasia empieza a llorar muy desesperada, y la señora Camelia se acerca para darle un fuerte abrazo, para que sepa que no está sola —haz bien las cosas hija, no puedes ocultar tu embarazo a Sebastián—me va a rechazar mamá, sé que sí— Ana se aferra al abrazo de su madre —dile que no te has acostado con otro hombre cariño, y luego le dices lo de tu embarazo, ya sea que se haga responsable, o que luche nuevamente por tu amor—por favor mamá— súplica Ana mirándola entristecida —no digas nada, yo lo haré—solo no te tardes cariño, tu embarazo luego se notará—tengo miedo mamá, quiero correr, gritar, temo pasar por lo mismo así como el embarazo de los cuatrillizos— Anastasia siente su corazón doler —cariño, no pienses que Dios es malo, porque es todo lo contrario, Dios te ha regresado a tu bebé, disfruta de este embarazo, si Dios te regreso a tu hija fallecida, es porque este embarazo será sano, de todas formas, vamos para que te hagan un eco y asegurarnos de que todo está b
Leer más