UNA REINA EN EL CORAZÓN DEL REY. CAPÍTULO 49. Hora de cazar
Los hombres estaban ansiosos, no podía ser de otra manera. Los Silenciosos de Diana y Massimo estaban acostumbrados a andar con la adrenalina a tope, y los soldados del Regimiento de la Guardia Real, que estaban acostumbrados a la tranquilidad, habían tenido unas semanas movidas y llenas de acción.Y en aquel momento en que parecía que todo estaba llegando a su final, todos estaban con los ánimos disparados.Ya había oscurecido y en la tienda de campaña principal Massimo, Diana, Giulia, Karim y Hasan estaban reunidos.—Veinte tráileres, llenos a reventar. Es lo más que pude transportar sin llamar demasiado al atención —les explicó Karim—, pero serán más que suficientes. Lo que necesitamos es inhabilitar los pozos, no destruirlos por completo, aunque sabemos que no es una inversión demasiado considerable volverlos a abrir.Giulia tomó la mano de Hasan y la apretó con suavidad, porque aquella idea suya había sido simplemente perfecta.—Podríamos hacerlos volar, como me dijo Giulia —resp
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