—¡Evelyn, cariño! Estaba preocupada por ti, ¿estás bien? ¿Por qué has tardado tanto en ponerte en contacto? ¿Pasó algo con el avión?—Mamá, por favor. Estoy bien.La voz de Margaret Taylor al teléfono reconforta a Evelyn de una manera que la hace sentir levemente incómoda. Ama a su madre y a su padre, lo hace de corazón, pero siguen siendo las personas que, por más que ella quiera creer lo contrario, la orillaron a casarse con Wilhelm.—El cambio de horario me molesta un poco, estoy tratando de adaptarme y no estoy muy segura de la hora que es allá.Ambas saben que es una excusa, el jet lag apenas ha hecho algo por Evelyn y podía buscar la hora de Inglaterra en su celular en cualquier comento, pero su madre se lo deja pasar.—Bueno, Evvy. No es ningún problema, lo bueno es que ya estás en contacto. Oh, deja que le diga a tu padre— luego, habla más allá del audífono. Evelyn puede imaginarla en la sala principal, leyendo alguna de sus revistas, gritándole a su padre que estará en su of
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