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Todos los capítulos de La Luna humana está embarazada : Capítulo 21 - Capítulo 30
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Capítulo 21: Estar herido
La guerra de miradas entre ellos, era tan molesto como sus discusiones sin sentidos y ese deseo de siempre estar discutiendo, cuando ni siquiera hay motivos para hacerlo. Por lo que, negándome a ser parte de esto, me suelto molesta del agarre de los dos.— ¿Son unos niños acaso? Ni siquiera Zaid se porta así con Lowell, ¿no les da vergüenza que siendo jefes se porten así? — pregunto molesta.— Él me provoca. — dice Curthwulf en una queja como si fuera un niño pequeño.— No voy a decirlo dos veces. Seok Min, recuerdo que eras un buen chico, pero, estas actuando altivo y hostil con mi esposo y eso no me agrada.— Él no me agrada como tu esposo — dice Seok Min cruzándose de brazos y yo suspiro profundo.— Entiendo que no te agrade, pero, no puedes ser así. es muy infantil para alguien que es un adulto y jefe de sus negocios. Además, debes respetar mis decisiones, lo escogí a él como mi esposo y si quieres que tengamos una buena relación, debes por lo menos, ser respetuoso con mi esposo.
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Capítulo 22: Sufrir
Si algo había aprendido en mi vida, es que sobrevivir no es fácil. Muchas veces deseas algo o necesitas cierta cosa, pero, no logras obtenerlo. Aun cuando es indispensable para ti, no lo tienes y menos si es para darte felicidad.Este era mi caso, tenía un esposo que me quería, que había luchado por alfas y con su propio hermano por mi seguridad. Un hombre que me había enseñado a amar y a ser una mujer fuerte. Básicamente tengo al hombre que cualquier mujer desearía; adinerado, atractivo, fuerte, bueno en la cama y que te ama. Ese es mi esposo, pero, ¿Por qué tener a sus hijos es tan riesgoso?— Eres cruel. — dice Curthwulf con dolor.— Es normal que después de un matrimonio, un embarazo surja. — Sí, pero a los demás matrimonios eso no les cuesta la vida. Charlotte, te lo digo en serio, odiaré a esos bebés si ellos te matan.— Busca una solución. Sé que eso lo dices porque estas en negación, pero, cuando nazcan.— Cuando ellos nazcan, habrás muerto y eso hará que no pueda quererlos.
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Capítulo 23: Querer ser italiano
Lentamente me calmo en los brazos de otro hombre que no es mi esposo, prometiéndome que no puedo derrumbarme por alguien que ha decidido irse. Por lo que, limpiando mis lágrimas, me alejo de Min y prometo ser fuerte por y para mis hijos.— ¿Te encuentras mejor? — me pregunta Min y yo asiento avergonzada por haber llorado por un hombre que no merece mis lágrimas.— Gracias. Creo que estoy sensible por el embarazo. Normalmente no soy así.— Lloras porque te duele y eso es normal. Estas pasando por mucho. Así que, no debes sentirte avergonzada por expresar tu dolor por medio de las lágrimas. Eres una persona que siente y como lo veo, es mejor que lo dejes salir a que lo retengas. — dice Min y yo sonrío con tristeza.— ¿Escuchaste lo que dijo?— No necesito escucharlo. Con verte, sé que fue un desgraciado y aunque me desagrade, no voy a hablar positiva o negativamente de él. Esto es un problema que sé entre ustedes van a solucionar. >> Solo es ser pacientes. Todo lo que sucede los tiene
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Capítulo 24: Almorzar juntos
Llegamos a un lugar bastante turístico y comenzamos a recorrer el mismo bajo las explicaciones de Min y el instructor que le enseña como se dice cada cosa en italiano. Sonrío al ver tanto en que entretenerse y confirmo que en Italia hay muchas personas atractivas.— Si que te gusta el peligro, solo miras mucho a los que son vampiros. Calma, pequeña, si no puedes con un perro, no te atrevas a ir a las ligas mayores. — me dice Min y yo me ruborizo.— No sé de qué me hablas. — Oh, estoy seguro de que, si sabes, pero, si quieres fingir que no sabes, está bien. — me dice Min sonriendo.Nos sentamos en un restaurante con una hermosa vista y mientras los chicos hablaban con el docente, Min me hablaba de lo que había hecho todos estos años. Sus problemas, que fueron superados, me ayudaron a olvidarme por un momento de los propios.Sin embargo, aun seguía pensando en el cambio drástico de Curthwulf y que tanto estaba afectando eso a nuestra relación. Antes, aunque no estábamos de acuerdo en a
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Capítulo 25: Día de yate
Salgo intentando calmar mi enojo. Porque, aunque lo estaba pasando bien antes de que Curthwulf apareciera, verlo y que fingiera que nada ha pasado, me ha molestado, sobre todo, cuando dice que quiere hacerme feliz, cuando claramente me está lastimando.— Espera un momento, Charlotte. — dice una voz masculina y nuevamente me equivoco pensando que es Curthwulf.— ¿Qué sucede?— No te dejes arruinar el paseo. Los niños están emocionados por lo que ven. Bueno, estaban emocionados, porque creo que Lowell está teniendo una discusión mental con su padre o están en una guerra de mirada.Sabia a lo que se refería Min y de cierto modo, era molesto no saber lo que hablaban. Pero, eso no importaba ahora que sabía que Lowell se había dado cuenta de todo, justamente lo que no quería.— ¿Debería ir a buscarlos? — pregunto sin saber que hacer.— No te preocupes, ya vienen. — dice Min moviéndose a un lado para que pueda ver los dos hombres Holftmann que tienen un aura tan fuerte, que se nota que han d
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Capítulo 26: Dar un consejo
Llegamos al majestuoso Amalfi donde los niños corren como si estuvieran en casa, incluso Lowell se transforma en lobo y sobre su espalda, lleva a Zaid quien sonríe mientras cabalga a Lowell.— Chicos, deben comportarse. Estamos en un lugar donde sería extraño ver un lobo tan grande. — les digo y Lowell se transforma en el pequeño niebla.— Mamá…— Aun así, no es buena idea, aunque parezcas un hermoso perro, se nota que no eres uno por las expresiones que haces con tu hermano. — digo firme y Lowell en su versión niebla, comienza a gimotear mientras hace su mirada de cachorro mimado.— Mamá, por favor, dejamos recorrer el lugar así. — ¿Por qué no lo hacen como humanos? ¿No es así como más divertido? — pregunto y ellos niegan.— Déjalos que recorran el lugar así. tenemos muchos vampiros aquí. Si querías mezclarte con los de aquí, debías venir con varios de aquí, Charlotte. — dice Min mientras coloca su mano en mi hombro.De inmediato, escucho el gruñido de mi esposo y mirando hacia dond
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Capítulo 27: Me ha matado
El paseo resulta ser increíble, tanto que logro distraerme de los problemas que he tenido desde que sé de la existencia de los hombres lobos. Curthwulf, pasa tiempo con los niños, mientras yo les tomo fotos y disfruto de sus conversaciones.Actuamos como una familia, porque somos una familia. Lo único que destruye el ambiente familiar, es cuando alguien recuerda mi embarazo. Es en ese momento que la sonrisa de Curthwulf desaparece y el ambiente alegre se quiebra.Se supone que la llegada de un bebé es motivo de alegría, pero, en mi caso, no es así y eso, aunque finja que no me duele, si lo hace. Después de terminar el recorrido y disfrutar de los últimos rayos de sol en el mar, llegamos a casa y después de la cena, me acerco a Curthwulf.— Necesitamos hablar y seriamente. — digo y él asiente.— Cuando desees.— Ire a acostar a los niños y regreso. — digo y él asiente.Los niños, cuando llego, ya se están terminando de colocar la pijama mientras bostezan. Hoy, sonrieron con muchos extr
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Capítulo 28: Exigir
Los golpes en la puerta comenzaron a escucharse, mientras yo me deslizar en la puerta. No quería entregarle ello. Incluso, sin mi anillo de bodas, sentía que algo le faltaba a mi mano y ni hablar de ese hermoso detalle que me había dado cuando no quería bajarme del árbol el día de nuestra boda.Peor, no podía fingir que no me dolía y que iba a esperarlo, cuando él me dejaba ahora que estaba luchando por nuestros hijos. Pensando en todo, menos en él, intenté calmar el dolor en mi pecho, pero, su toque, causaba que mis esfuerzos por no llorar, quedaran en el olvido.— Charlotte, ábreme la puerta. — ¿Qué haces allí? Ya te ibas, ¿no es así? ¿Qué te detiene hacerlo ahora? — pregunto intentando tener mi voz calmada. — Charlotte, hablemos. No te estaba esperando para que me dieras esto. Abre la puerta, por favor. — dice tocando la puerta mientras yo suspiró profundo en el suelo, con mi espalda pegada a la puerta.— Vete. Ya hemos hablado lo relevante. Ahora, dejemos de hablar tanto y empec
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Capítulo 29: Desahogarse
Narrador omnipresenteMientras Min se aseguraba que no pasará un desastre por la terquedad de Charlotte, Curthwulf se reunía con Terry quien no le daba esperanzas de que sobreviva su esposa e hijos. Con enojo, Curthwulf lanzó todo a su paso asustando a Terry, quien vio la mirada de una bestia en sus ojos rojos.— ¡¿Es todo lo que vas a decirme?! — grita Curthwulf claramente molesto.— Sabias que las probabilidades de conseguir algo que la ayude era casi imposible. — dice Terry y Curthwulf maldice.— Había una esperanza. Debía haberla, ¿por qué no me la das? ¿Por qué estas acabando con mis esperanzas?— La solución es que interrumpamos su embarazo y nos enfoquemos en hacer fuerte su cuerpo e intentar que sea transformada en una mujer lobo. — dice agotado de seguir buscando una respuesta que no es posible. No de la manera en que los Holftmann lo desean.— No voy a transformarla. Me niego a convertirla en lo que soy. — dice Curthwulf firme.— Debiste pensar en eso antes de hacerla tu Lun
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Capítulo 30: El enojo de Brittany
Mientras Curthwulf piensa en algo para poder arreglar todo el desastre que ha causado. Brittany se mueve convirtiendo gente a su antojo y generando un caos en América, al ver como las personas desaparecen de un momento a otro.— Esto se nos está saliendo de las manos. — dice Adams preocupado que más de cien humanos sean lanzados a una gran hoguera porque no soportaron el veneno.— No es mi culpa que sean tan débiles. — dice Brittany.— Estamos llamando la atención del mundo entero. Debemos movernos de continente si es posible si lo que quieres es seguir transformando. — Los humanos no van a hacerme nada. Son inútiles. — Son unos inútiles con misiles. Recuerda ese pequeño y a la vez, gran detalle que puede meternos en graves problemas, Brittany — dice Adams y Brittany suspira profundo.— Ni siquiera saben dónde están sus esposas, ¿Cómo podrían saber que hay especies distintas a ellos, como los lobos? Y mucho más importante que es, ¿Cómo van a darse cuenta donde estamos para mandarme
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