— Damon...yo, puedo explicarlo, solo te lo ruego, no debes decírselo a nadie —Elena miraba con verdadera ansiedad a Damon Salvatore quien la miraba a cambio con extrañeza al comprobar que aquellos niños, efectivamente eran los hijos de la mujer…sus hijos con Daniel, eso era fácil deducirlo.—Mami, ¿Quién es el señor? —Aiden, miraba al extraño hombre que estaba platicando con su madre momentos atrás, aquel señor tenia ojos azules, iguales a los de su hermana y el, ¿Acaso?—Hola amiguito, soy Damon, trabajo en el hospital de su madre, tienes unos lindos ojos — dijo Damon mirando al pequeño, y luego a Elena.Elena sentía que su vida se había terminado en ese momento, pero, siendo la mujer inteligente que era, sabía que no tenía ningún caso escapar de Damon sin explicación alguna, aquello solo serviría para despertar dudas y curiosidades que era mejor cortar de tajo hablando con la verdad.—Celia, ¿Podrías llevar a Aiden y Addison al área de comidas? Los alcanzare en un minuto. Aiden, A
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