Él me había dejado ahí, prácticamente en medio del beso más apasionado del que yo haya tenido memoria. Sí, definitivamente, nada se le compara. Había apretado su cuerpo contra el mío y yo podía sentirlo tan desesperado, como su cuerpo me anhelaba... pero no había acabado todo ahí. Al momento, a mi mente empezaba a aparecer pequeñas imágenes prácticamente como ráfagas de recuerdos, y yo lo sentía todo con intensidad, como si con los recuerdos, vinieran también los sentimientos. Pude ver claramente como él me besaba, con la misma pasión con lo que lo había hecho hace segundos. —Lila, Lila— me decía entre besos justo como me había dicho antes de separarse abruptamente de mí. Yo me sentía feliz, lo deseaba, y él me besaba… E inmediatamente después recordaba discutir con él, sus ojos llenos de furia. —¿Sabes qué Dalila...? ¡Haz lo que te dé la gana! ¡No me importas en lo absoluto! ¿Lo entiendes? ¡Jamás te voy a perdonar! ¡Para mí no existes! ¡Que te quede claro!— me gritaba y yo
Leer más