Su mirada suplicaba, necesitábamos hablar. En verdad cualquiera dudaría al ver dichas fotos.—Acepto.Todo para que veas el lindo y sensual vestido que me compré de seda, era una tentación, le hice caso a la loca de Fernanda, al parecer voy a matar a mi marido.» ¿Aclarado este tema?Le entregué las fotos, algo si debo de tener presente, Rocío fue una vil víbora de ligas mayores, espero no encontrármela nunca más en la vida.Los brazos de César me aferraron, me dolía todo el cuerpo, las intensas sesiones con el muñeco sexual, me han dejado exhausta. Cubrí mi rostro, Dios, esto era una deliciosa locura. Salí de la cama, me bañé, hoy teníamos invitación en la casa de mis suegros a almorzar. Después de arreglarme de manera descomplicada, pero atractiva.Quería dejar todo el derroche sensual para la noche, ahora que me vea normal, le puse su ropa en el mismo lugar, un jaen con su camiseta polo de rayas. Lo dejé dormido.Pero ahora parezco ninfómana, ¡claro!, a mis casi treinta años era qu
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