Capítulo 49. Seguir adelante.
Esa noche Simón se durmió en el despacho y a Madison se le rompió el corazón al darse cuenta de que su esposo estaba tan furioso con ella que ni siquiera se quedó a ayudarla con la bebé. Era más de medianoche y ella había pasado la mayor parte del tiempo caminando entre su habitación y la de la Miranda. Aunque estaba muy cansada por nada del mundo despertaría a su familia para que la ayudara porque temprano las envió a dormir, no quería que nadie se enterara de sus problemas con Simón.En la madrugada, Miranda rompió a llorar y Madison no hallaba que hacer, la meció, caminó de un lado a otro hasta que Simón entró. Cargaba puesta la ropa que el día anterior y su cara era la misma de cuando lo conoció, inexpresiva, carente de emoción, sus ojos eran dos pozos de frialdad cuando la miró. ―¿Por qué llora la bebé? ―preguntó acercándose a ella para tomar a su hija en brazos.―No lo sé, le di el pecho, la cambié, la he caminado, mecido, cantado, ya no sé qué más hacer. llora, se calla, al r
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