George.Despertar un día más, solo, en una casa donde no tenía nada interesante que hacer se hizo lo peor de mis mañanas. Ver que algo faltaba, tanto como la estabilidad en mi vida últimamente, una tortura más.Me estaba convirtiendo en un espectro que solo rondaba por la casa, sin rumbo fijo. Después de bañarme comencé mi rutina. Bajé por una de café, me senté en el comedor con el ordenador revisando si habían noticias en quienes contraté para buscarla. Aún nada, de nuevo. Como un maldito mantra que odiaba oír.Pero con tres meses de búsqueda, no iba a detenerme. Sabía que estaba allá afuera, con vida. Algo dentro de mí lo intuyó. El mareo regresó de nuevo, junto a las náuseas. Como cada mañana, me recordé ir con un médico ese día para descartar cualquier enfermedad. Me necesitaba bien, de otro modo no podría seguir yendo yo mismo a esas búsquedas. Tej me llamó para asegurar que estuviera bien, al igual que Aiden. Quienes aún con sus problemas seguían preguntando por mi bienestar.
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