Rodrigo De la Sierra–Dime, ¿Por qué no? No tiene nada de malo, si nos encontramos con gente de la universidad, no tienen por qué decir nada. Diremos que nos hemos cruzado en el camino.–No me lo tomes a mal, pero prefiero que no – Ella me miraba con sus ojos de preocupación – Mejor, si puedes cuando termines tus clases vas a la cafetería, esta tarde estaré ahí sola atendiendo y podemos pasar un rato juntos.Esa propuesta me vino mucho mejor, esperaba dar unos pasos más contundentes en ese terreno llamado Jazmín, para que pronto se lograra mi objetivo. Era necesario para mí, culminar cuanto antes toda relación con Jazmín y más que con ella con Dora, esa mujer está loca y me temo que, si tardo más del tiempo que ella espera con su trabajo, podría ya no querer pagarme y eso no me conviene. Definitivamente, yo, necesito salir rápido de toda esta cuestión.–De acuerdo, hermosa – La atraje hacia mí, pegándola en la pared del callejón – Nos vemos más tarde en la cafetería, hoy no me toca da
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