La velada pasa como cualquier otra, hay comida, postres y un baile, muchas “parejas” están en la pista, nunca he bailado ese vals clásico, pero parece ser que a mi amo no le gusta ese tipo de cosas, porque no se ha movido ni un poco, así que decido mirar a las personas que bailan, sin dar señales de querer ir.Escucho como la silla de mi derecha es arrastrada y luego una mano aparece enfrente de mí, levanto la mirada y para mi sorpresa, es él, me está invitando a salir; ¡Todo un sueño hecho realidad! En mi graduación de la preparatoria, nadie me sacó a bailar, me quedé sentada y con ganas de bailar el vals clásico, regresé a casa llorando. Entusiasmada, tomo su mano y me levanto.Caminamos hacia la pista de baile y coloca su mano sobre mi cintura de forma firme, acercándome a él con un movimiento algo brusco, luego coloco mi mano sobre su hombro y empezamos a bailar, mirándonos a los ojos, por alguna razón eso ojos azules me son familiares, pero no quiero sacar conclusiones precipitad
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