Mientras el día pasa, no puedo dejar de pensar en la chica de la limpieza, gracias a su ayuda, si es que fue ella, pude avanzar bastante en mi trabajo, lo único que me distrae de mi labor es recordarla. Al sentir un ardor en mis ojos, los cierro por unos instantes y luego miro mi reloj de mano, resoplo con fuerza al ver que apenas son las siete de la noche y ella llega hasta las nueve. Llega la hora de salida y Rose me pide que la acompañe a casa, pero le he dicho que no, que tengo mucho que hacer. Amablemente se ofrece a ayudarme, pero enseguida le digo que no es necesario, que pida un transporte y que se vaya a casa, que no se preocupe, yo pago su transporte. Sin decir nada más, se da media vuelta y se va. Reviso la información que me ha mandado Rayan, debo admitir que las jóvenes son hermosas, pero... no me llaman la atención, en realidad... quisiera tener a esa chica. Paso los perfiles de las chicas de forma desinteresada, mientras me pierdo en la pantalla del celular, giro mi si
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