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Todos los capítulos de Amor, Deseo y Venganza: Capítulo 151 - Capítulo 154
154 chapters
El ataque comienza
—Está blofeando, Velkan —se escuchó la voz de Dogan, cada vez más insegura porque gritaba más cada vez que hablaba, como para darse y dar ánimo a los suyos— Además, para cuando lleguen los militares, si no te rindes ahora, no quedarán más que los cadáveres de ustedes para comida de los lobos, creo que ni siquiera podrán identificarlos.—Yo no dije que necesitara a los militares, Dogan —les gritó de nuevo, mientras hacía esto miraba con cuidado por la trampilla y por la ventana— Solo quería advertirles que si de casualidad queda alguno vivo al final tendrá que enfrentarse con los ellos y una larga condena por relaciones con mafiosos.De nuevo un profundo silencio acogió sus palabras. Mientras ellos estaban allí indecisos, Velkan abrió una muy bien disimulada puertecilla dejando ver un panel con varios interruptores, Velkan fue presionando cada uno de ellos, hasta que casi todos estuvieron encendidos, menos los últimos tres.Ella se le quedó mirando con la interrogación en la cara y él
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Caos y muerte
El caos reinaba alrededor de la cabaña, Velkan y Tatiana sólo sabían que alguien había activado una de las minas que resguardaban la parte de atrás de la cabaña, pero no sabían si se habían lastimado uno o varios hombres.Velkan le hizo una seña para que estuviera atenta por si alguno de ellos se dejaba ver para dispararle. Ella se puso a mirar por la mirilla mientras tenía lista su arma para disparar, Velkan también estaba concentrado en la mira de su fusil.De repente un sujeto entró en su campo visual, el sujeto estaba bañado en sangre y que le faltaba una buena porción de su brazo. Velkan no se preocupó por dispararle, el sujeto caminaba erráticamente de un lado al otro y era solo cuestión de tiempo hasta que cayera al suelo y perdiera el sentido hasta morir.Uno de los sujetos trató de acercarse al caído y Velkan disparó haciéndolo caer también. Tatiana estaba barriendo la parte lateral de la cabaña cuando vio a otro individuo caminar poco a poco hacia la cabaña, ella dejó que se
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El fin de un malvado
A la mañana siguiente todos se levantaron muy animados Tatiana y Velkan habían salido temprano para comprar algunas cosas entre ellas provisiones y también ropa elegante porque el evento donde asistirían sería de gala.Ese día lo pasaron tranquilamente descansando y hablando entre ellos pero sin descuidar en la comunicación con los contactos que lo harían entrar sin ningún problema a la recepción. También Tatiana estaba en permanente comunicación con Morozov, de manera que este estaba al tanto de los planes y podría echarles una mano si acaso la necesitaban.Al llegar la noche salieron todos elegantemente vestidos, y esperaron a la limusina que había llamado Tatiana fingiendo ser una empresaria que iba a un gran evento en ese hotel. Por fortuna en ese momento se estaba llevando a cabo una recepción en un piso intermedio mientras que la recepción donde asistiría su enemigo sería en la terraza superior del hotel.Cuándo llegaron al hotel presentaron sus invitaciones las cuales les había
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Epílogo y final
Cuando las cuatro personas con aspecto de turistas extranjeros descendieron del avión y salieron hasta la terminal se encontraron con un recibimiento particular. En la parte de recepción estaban una radiante pareja con un hermoso bebé de unos tres años, y junto a ellos un individuo con aspecto de mafioso italiano, por supuesto que no podía ser otro que "El Griego" uno de los hombres que lucharon junto con Velkan y Robert en el affaire de Turquía, quién había estado en Grecia visitando a su familia.El niño al ver a los que se acercaban sin dudarlo estiró los brazos y de su boca salieron dos palabras.—¡Nono! ¡Nona! —dijo mirando fijamente a Velkan y Tatiana.Ellos se acercaron y tomaron al niño entre sus brazos, primero lo cargó Tatiana y luego Velkan lo sostuvo en sus aún poderosos brazos. Pero luego este se volteó hacia los dos hombres que habían llegado con Tatiana y Velkan.—Tío Tamaz, tío Luri —dijo extendiendo sus tiernos bracitos hacia ellos también, y estos no dudaron ni un mo
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