Massimo me agarró bruscamente del brazo y me sacó del restaurante, sentí que me lastimaba, pero decidí soportarlo. Las personas en el lugar nos miraron con desprecio, para ellos, que no sabían lo que Jane había hecho, ella era una pobre chica engañada por ese mal hombre y su amante. Mientras pasábamos, escuché los comentarios despectivos sobre nosotros, Massimo apuró el paso, claramente molesto por tener que enfrentar esa situación. Insistió en que subiera a su auto, lo hice, asombrada, nunca antes había estado en un auto de lujo, era hermoso y elegante por dentro. Massimo intentó disimular que me observaba, pero noté su mirada curiosa, luego, le ordenó a su chofer que nos llevara a su casa. Me sorprendí al darme cuenta de que me llevaría a su casa, intenté controlar el miedo que sentía, no dejaba de pensar que Massimo se daría cuenta de que le había mentido. No creía que un hombre como él estuviera dispuesto a perdonar una mentira, no sabía qué pasaría cuando se diera cuent
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