—Te alejas de mí y te enamoras de otra persona en los Estados Unidos, incluso tienes una hija sin decírmelo, aunque no te culpo por eso—dijo Alejandro mientras sus ojos se enrojecían gradualmente, y sus dedos se encogían hacia la palma de su mano con ira. —Pero, lo que más me da ira es que me hubieras engañado, diciéndome que padecías de una gravísima depresión. Y usaste esa enfermedad como una excusa para manipularme, tratando de un matrimonio entre nosotros dos, ¡de esta manera, vilmente engañándome! —No... no es así... —Beatriz se puso pálida y habló incoherentemente, asustada. Fue entonces cuando se dio cuenta de que había cometido un gran error, un error imperdonable. Cuando mintió sobre su depresión para retener el corazón de Alejandro, nunca pensó en que él y su madre fueron también víctimas de una dolorosa depresión.Tenía miedo de que ella siguiera el mismo camino que su madre, por lo que él la toleró y se adaptó a ella una y otra vez, incluso abandonando a Clara, quien lo
Leer más