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Todos los capítulos de CONTRATO CON LA ESPOSA FALLECIDA: Capítulo 41 - Capítulo 50
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ARREPENTIMIENTO
¿Desde hacía cuánto tiempo Emma no se había sentido tan eufórica? ¿Desde hacía cuánto tiempo Emma no se sentía la más hermoso hasta ese momento? Sin duda aquella oferta solo había llegado a su vida para hacerle saber que ella seguía siendo la mujer más bella, entre todas las modelos quizá.Y entre más bella se sentía, más se esforzaba por ser la mujer que se llevara el premio completo. Así que siendo de esa manera, tomó un de los frascos de su medicamente y se tomó esta vez el doble de pastillas mientras sonreía.En ese momento la puerta de aquella sala donde la estaban preparando para los ensayos, se abrió. No era nada más ni nada menos que Gertrudis.— ¡Necesito hablar contigo en este momento, Emma! —Dijo ella con una mano en la cintura.— ¿Qué haces aquí, mamá?— ¿No lo escuchaste? Necesito habla contigo.— ¿Por qué no me lo dices en este momento, mamá? ¿No te has dado cuenta que estoy a punto de asumir uno de los papeles más importantes? ¡El mismo que nunca me diste!— ¡Ya
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ENTRE PAULA Y SALOMÉ
Manuel no evitó reír en ese momento. No sabía si en verdad Salomé no estaba al tanto de lo que él sabía o es que le sorprendía demasiado que ella no supiera nada pero si de algo estaba seguro es que ella iba a terminar por saber de una vez por todas lo que estaba queriendo evadir.—Manuel, no sé de qué estás hablando.—Por supuesto si me dejas hablar, te lo haré saber.Salomé lo miró al momento que retomaba su postura de mujer segura y a la que no le importaba mucho lo que fuera a descubrir cuando la verdad es que estaba muriendo por saberlo.Manuel y ella habían caminado lo suficiente como quedar frente a la hermosa fuente. En medio de una noche tan linda como esa, Manuel nunca había compartido con Salomé de esa manera, era momento de hacerle saber que era como su hija.— ¿Te quieres sentar? —Preguntó Manuel mientras le daba la mano.No había nadie alrededor. La fuente y la noche solo para un padre y una hija.Salomé se quitó los tacones que llevaba puestos y con cuidado, se sentó al
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POR CELOS
TRES DÍAS DESPUÉS Finalmente, el mundo como Gertrudis y Lucía lo habían conocido, aparecían frente a ella en el momento en que sus ojos miraban aquel salón en donde la celebración más importante del año se iba a dar. No faltaban muchas horas para que las personas comenzaran a entrar, los mejores diseñadores, las mejores modelos que venían de otros países solo para aprender de las mejores, gente importante que buscaba invertir tan pronto como llegara el nuevo año y sobre todo, solo una alianza ganadora.Gertrudis había pagado mucho dinero para hacerle saber al mundo que no había nadie que pudiera ir contra ella. No importaba más si Salomé y su querido esposo había pagado por estar ahí y que todo se llevara a cabo con los lujos más caros en la historia de un año. Gertrudis iba a ser la mejor y era a ella a quien los contratos le iban a llover.Con un vestido negro, un costo alrededor de más de 12, 000 dólares, Gertrudis se paseaba de un lugar a otro viendo que todo estuviera como ella
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CAÍDA AL VACÍO
Dos horas que habían terminado por ser solo unos cuantos minutos. Finalmente el momento que muchos habían estado esperando había llegado, Las puertas de aquel hermoso salón se abrieron por completo.Una mirada de frivolidad y victoria fue lo que Gertrudis le dio a la gente que entraba mientras Salomé solo la miró con gracia. Esa noche iba a ser muy especial.— ¿Señora Sorín? —Preguntó una de las maquillistas.—Sí, ¿qué necesitas?—Sucedió una tragedia con una de las modelos.— ¿Qué?—Lo siento, señora Sorín. Pero una de las modelos se puso muy mal y creo no podrá hacer posible esta noche.— ¿Qué fue lo que le pasó? ¿Quién es? —Descubrimos que está embarazada, no quiso decir nada precisamente por el evento pero creo ha salido peor.— ¿Tenemos algún remplazo?—No, señora, la señora de la Garza no quería que se contratara a nadie más.Salomé sonrió al entender lo que estaba pasando ahí, todo era obra de Gertrudis quien quería destruir a Salomé antes de tiempo.— ¡Bien, bien, pa
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¡SORPRESA!
Andando de su brazo, saludando a los mejores diseñadores, siendo vista por Emma, por Alejandro y por todos sus enemigos, Salomé continuó su camino. Esta vez se sentía feliz, completamente plena para dar un paso adelante. No era su intención hacerle saber en ese momento de lo que ella era capaz en contra de Gertrudis, para ese momento todo lo que quería hacer era disfrutar lo que antes no pudo. —Encima de ser una mujer de negocios, eres una excelente modelo —dijo Max mientras caminaba a su lado.—Si tú me hubieras visto antes no podrías creer que es en eso en lo que me he convertido —contestó sintiéndose digna de las miradas por las que pasaba.—No pudiste hacerlo antes pero ahora eres capaz de esto y de más.Esas palabras hicieron que ella volteara a ver en los ojos de Maximiliano. ¿Estaba siendo honesto? Al menos eso era lo que ella quería saber.Y justo cuando ella se decidió porque quería que fuera en ese momento en que le iba a preguntar de una vez por todas lo que hubiera
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TIERNO MOMENTO
Las camionetas fueran que ya comenzaban a llegar con sus choferes para que la gente fuera dejando el lugar, los primeros en llegar fueron los guardaespaldas de Maximiliano y Salomé. Ninguno de los dos podía quedarse ni un solo minuto más ahí.— ¿Me puedes hacer el favor de esperarme, Maximiliano? —Lo llamó ella al ver que él seguía adelante.— ¿Por qué no te quedas con toda esa gente que te ha hecho su diosa? ¡Oh, no perdón, lo acabo de olvidar! Tú misma te compraste la maldita corina para demostrarle a Emma, a Gertrudis y a todos tus enemigos cuánto dinero tienes.—Las cosas no son así, déjame hablar contigo, Max, por favor.—Yo no tengo nada que hablar contigo —. Subió a la camioneta dejándola atrás.—Vete con Manuel, no quiero compartir el viaje contigo —. El auto arrancó. Llegando a la casa de los Garza, sabiendo lo que estaba a punto de hacer y siendo seguida por el único hombre que le había mostrado fidelidad en sus planes más malévolos, juntos entraron a la casa
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INJUSTA VENGANZA
Llegando a la casa de los Vital, habiendo sido humillada por Salomé y por su propia madre, casi sin fuerzas, hecha un desastre, Emma se bajó el auto mientras seguía su camino hasta su recamara. Sin esperar que alguien la estuviera esperando, ni siquiera se dio cuenta cuando Lucía había salido del evento antes de tiempo.—Hasta que llegas, querida —la saludó Lucía de la manera más sarcástica que hubiera podido usar contra su nuera.Las lágrimas de Emma se hicieron rápidamente en sus ojos una vez más. Ella ya no iba a soportar más después de todo lo que había vivido en esa noche. Todo lo que Emma quería era morir de una vez por todas.—Me dijeron por ahí que… ¿Perdiste? —Lucía rió en su cara.— ¡Basta, señora, basta, por favor!—Yo te lo dije bien claro antes de que empezara el evento. Te pregunté por qué no quería modelar los vestidos de la empresa de mi hijo y la de la señora Sorín y al final, preferiste hacerlo que tu madre te dijo y al final, solo para que terminaras perdiend
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A RIENDA SUELTA
Tan pronto como el celular cayó de sus manos, las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos yendo en el asiento trasero del auto.— ¡Detente, detente! —Ordenó Salomé.— ¿Qué, señora?— ¡Te digo que te detengas!A media carretera el auto se detuvo dejando a Salomé salir en menos de dos segundos. El corazón le dolía por cada palpitar, las lágrimas corrían por sus mejillas de manera dolorosa, llevándose una mano al pecho fue como Salomé pensó que podía soportar el dolor que estaba sintiendo en el interior.— ¿Señora, está bien? —Preguntó el chofer preocupado al ver que Salomé se inclinaba, como si el dolor la estuviera matando.Salomé no contestó. Su venganza estaba llegando muy lejos, se estaba llevando a gente inocente entre las riendas.Si ella no hubiera ganado el concurso, aquel hombre no hubiera muerto. Gertrudis era una mujer tan despiadada, una mujer que no sentía, a la que no le importaba nada más que imponer su poder.— ¿En qué te has convertido, Paula? ¿En qué? Ese pob
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PASO EN FALSO
DOS DÍAS DESPUÉS Habiendo pasado justamente dos días después de la muerte de aquel hombre que nada le debía al mundo, Salomé ya estaba enterada de cómo las cosas habían pasado. Ya sabía que al hombre le habían ofrecido una buena cantidad de dinero a cambio de darle la corona a Emma pero al final, todo se complicó cuando los jueces fueron cambiados y no sabían del plan.Salomé lo sabía todo pero no había nada que pudiera hacer.—Sin pruebas no puedo mover un solo dedo —dijo Salomé mientras desayunaban.Esos tres días habían sido una completa pesadilla para Salomé. Por más que Maximiliano y Manuel se quedaron con ella, no había mucho que pudieran hacer por lo que ella estaba sintiendo y que no era más que culpa.—Tienes que resistir un poco más —. Maximiliano repitió por incontable vez.Fue entonces cuando una de las sirvientas, se acercó hasta el enorme comedor que Salomé, Manuel y Max compartían.—Señora Sorín.— ¿Sí, Juana?—Me acaba de llegar un documento, señora.— ¿De qué se
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INOCENTES
—Señora, ¿cómo explica que la muerte del señor Peña haya sido asesinado justamente al haber dado su voto para que usted ganara?Salomé sonrió. Y aunque por dentro sentía terror, por fuera solo mostraba tranquilidad.— ¡Ustedes no tienen derecho a hacer ese tipo de pregun… —Maximiliano levantó al voz al momento que la mano de Salomé lo hacía detener.—Por favor, Max, déjame contestar a mí —susurró —. Bueno, viendo que esa es la única pregunta que los ha traído hasta aquí, estoy dispuesta a contestar todas sus dudas. Ese voto nunca existió, señores. Ese voto simplemente fue una manera para hacer a un único culpable o sospechoso en esa celebración. ¡Ese voto no existe! Acaso, ¿no les parece extraño que solo una persona haya modelado los propios vestidos de una sola empresa cuando todas las demás modelaron vestidos diferentes?Y de pronto, todo se quedó en silencio. En el despacho de Gertrudis, Emma no pudo creer lo que estaba escuchando. ¿Ahora resultaba que la maldita de Salom
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