CAPÍTULO CATORCE Mirándose a cada momento en el espejo de mano que tenía y del que no se separaba sin importar si era noche o si era de día, Paula se dio cuenta que nada cambiaba e ella. Todo seguía siendo lo mismo para ella, todo se pintaba del mismo color. Solo vendas blancas que cubrían su rostro y que apenas le dejaban ver la mañana.Estaba ansiosa por ver su nuevo rostro, por supuesto que ya Maximiliano le había dicho que para llegar al final tenían que pasar por muchas cirugías más, que eso iba a llevar tiempo, que eso no se iba a dar con un mes, dos, tres meses, no, podría irse hasta un año para que ella pudiera descubrirse a sí misma como una nueva mujer.La puerta de su habitación fue tocada.—Adelante —, dijo ella guardando el espejo.Era Manuel quien le llevaba de comer.—Oh, muchas gracias, Manuel, la verdad es que no veía el momento de comer.Manuel no dijo nada. No importa cuánto ella intentara tener una conversación con él, él parecía que no soportaba tenerla cerca, a
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