Capítulo noventa. Cicatrices
«Sí, Ahmed, padres. Azahara y yo, somos tus verdaderos padres»«Azahara y yo, somos tus verdaderos padres»Un nuevo silencio se hizo en el salón, ninguno se atrevió a romperlo y quizá ni a respirar, mientras Ahmed procesaba la información.«Azahara y yo, somos tus verdaderos padres»«Somos tus verdaderos padres»Aquella confesión se repitió en la cabeza de Ahmed como un mantra, él miró a su madre, quien no fue capaz de devolverle la mirada, mientras Halima parecía igual de consternada que él.—Mamá —susurró cuando pudo encontrar su voz.—Lo siento, lo siento mucho, Ahmed. Lamento no haberte dicho la verdad —susurró sin verlo.Ahmed sintió un profundo dolor en su corazón, su madre, la mujer a quien amaba y adoraba con toda el alma, no era su madre, pero sí lo era la mujer del Emir, la mujer que estaba frente a él con el rostro empapado en llanto, esperando en silencio lo que él tuviera para decir, pero ¿qué podía decir ante esto?Él estaba conmocionado y cualquier cosa que saliera de s
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