René ChapmanGiré el pomo de la puerta, y tal y como lo imaginé, la misma estaba sin seguro.Dudé antes de dar el primer paso, pero lo cierto es que terminé haciéndolo.Si ya había venido hasta acá, ¿Por qué flaquear?—Adelante, te he estado esperando.Fruncí el ceño, tratando de recordar dónde había oído esa voz antes.Un hombre tan alto y fornido como yo, apareció de la nada.—¿Quién eres tú? —pregunté, adoptando una postura defensiva.—Eso es lo que menos importa ahora, presidente Chapman.Sí, eso es.Aunque había pasado algún tiempo desde ese momento y en verdad estaba ebrio, podía recordar perfectamente de quién se trataba:El mismo tipo que me atacó a la salida del bar.—Entonces, Roa recurrió al mismo matón de siempre, para hacerse cargo de esto también.—Veo que me recuerdas —sonrió de oreja a oreja.—¿Dónde está Grace? —demandé saber.—Grace, Grace. Hmmm... —Parecía que en verdad lo estaba pensando—. No, la verdad es que no conozco a ninguna Grace.—Imbécil —escupí—. ¿Crees q
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