Capítulo 35. Desconfianza
La propuesta de Bruno tomó a Valentina por sorpresa, fue totalmente inesperada, pero en el momento que le hizo la pregunta, supo lo que respondería. —Sí, Bruno, quiero ser tu esposa —contestó llorando de emoción y felicidad. Lo amaba como no había querido a otro hombre y deseaba compartir el resto de su vida con él. Bruno sonrió y juntó sus labios con los de ella, besándola como tanto lo había anhelado, la amaba como jamás pensó que volvería a hacerlo, Valentina llegó a su vida como un faro de luz que disipó la oscuridad que lo consumía, como un regalo que no merecía. Esa misma tarde, volvieron a San Francisco. Bruno necesitaría un tiempo para recuperarse por completo, pero estaba vivo y entero. Había sobrevivido a un infierno del que creyó nunca salir. Si logró escapar fue porque Kim tuvo un descuido, había dejado la llave en la habitación y Bruno pudo liberarse. Esperó a que entrara, la sujetó con fuerza, la esposó a la cama y le suministró una inyección de sedante para que no pud
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