La cara de Hera tampoco tuvo buena pinta ahora.Olivia era el peón que había dispuesto de antemano para utilizar contra Lucía, ¡pero no esperaba que este peón fuera tan inútil, que le cayera mal en pocas palabras y que lo humillaran así delante de todos!La culpa también era de Lucía, ¡qué monstrua!Hera se mordió el labio, su rostro no cambió y fingió mirar a Olivia con severidad. —Prima, ¿estás borracha? Qué balbuceas en público.—Su Alteza, yo...—¡Y hacer las paces con la señorita Ramírez!Olivia se mostró desafiante, pero cuando vio el guiño de Hera, lo comprendió.Se rio, levantó la copa y se acercó a Lucía, diciéndole respetuosamente: —Lo siento Luci, siempre soy sincera, ¡en realidad no te pretendía hacer daño!Lucía permaneció tranquila y calmada.—Luci, haré un brindis por ti como disculpa solemne, ¿de acuerdo?Lucía levantó la vista hacia ella, y Olivia ya tenía la copa levantada.Las señoritas que la rodeaban la miraban fijamente.Era como si ella no aceptaba la disculpa, e
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