Capítulo 813
—¡Uncle!

La dulce voz salió del bosque.

Además de la dulce voz y la dulce sonrisa que le llegaron a Daniel al mismo tiempo, también estaba la que tenía en la mano...

¡Rana!

Daniel se quedó realmente sorprendido cuando Soledad le entregó la rana.

Siempre había odiado a esas criaturas de sangre fría con sus cuerpos húmedos y pegajosos, y la rana, con sus grandes ojos negros fijos en él, hizo un sonido crujiente: —Croak...

Daniel sintió que toda la sangre se le subió a la cabeza.

Inmediatamente después se le entumeció el cuero cabelludo y y su voz tembló incontrolablemente: —Ay...

Soledad se sobresaltó y no pudo evitar agarrar la pequeña rana y mirar a Daniel con los ojos muy abiertos.

En unos instantes, la cara de Daniel se puso como la de un camarón hervido, sus labios se fruncieron en una línea y, tras unos momentos de silencio, su respiración estalló con la misma violencia con la que tembló el suelo:

—¡Soledad!

La chica se quedó inmóvil.

Daniel estaba muy enfadado, ¿la retaba a ir a b
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