52 NO HAY PROSTITUTA VIRGENSerem salió de la su curso, y muy calmada tomó un taxi a casa. Ya no se sentía la misma, no era la misma. Ahora constantemente sentía la necesidad de verlo, de tenerlo, de olerlo, de pensarlo. Yagiz se había convertido en unas pocas semanas en el centro de su existencia.Estaba totalmente clavada al cuerpo de Yagiz, tanto que le dolía demasiado alejarse de él, aunque era lo suficientemente inteligente de saber que no podía sencillamente estar abrazada al cuello del hombre todo el día.Lo necesitaba, lo necesitaba como aire para respirar, y Alison ya se había percatado de eso.En esa semana solo le había programado dos días de trabajo, y ella, no sabía francamente como sentirse con eso. Alison era la persona en que más confiaba en el mundo. Había sido su salvadora, su amiga, y ahora su confidente.Había defendido su virginidad como si fuera la de ella, y Serem no podía hacer otra cosa que estar agradecida por ello; y más porque gracias a eso, Serem había
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