Wendy dirigió su mirada hacia Harper, mostrando una combinación de compasión y resentimiento. Su voz, aunque firme, revelaba un cansancio evidente.—Harper, he sido paciente y he aceptado tus decisiones…—comenzó Wendy, pero luego su tono se tornó más serio—. Pero ahora hay algo que necesito pedirte y es importante.Harper, intrigada, preguntó: —. ¿Qué es?—Sabes tan bien como yo que Mark no va a firmar el documento de alejamiento y ruptura de relación sin causar problemas, a menos que le demos una razón válida para quedarse tranquilo—explicó Wendy.Harper, sintiendo un ardor de rabia en su pecho al imaginar que Mark podría sacar provecho de haberla maltratado a ella y a su hija, replicó con determinación: —. ¿Quieres decir que tenemos que comprar su silencio? Bueno, dile que me han desheredado. No tengo…Wendy observó a Harper con una mezcla de preocupación y determinación. —Eres una Meyers. Y Mark, como abogado astuto, sabe cómo actuar con el máximo de dramatismo—expresó con cautela
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