Amaris, encolerizada, arrugó el entrecejo mientras miraba el teléfono y clavaba el tenedor en la comida. Había perdido todo el apetito. 'Depende de cómo definas bien', murmuró, suspirando con intensidad y golpeando, una vez más, la mesa con el tenedor. Se inclinó hacia delante, con los hombros caídos, y apoyó la cabeza entre las manos. Dave no podía decidir si estaba molesta o rabiosa, o si era alguna pasión entre estas dos. Dave bebió un sorbo de café. 'Sea lo que sea, Amaris, te ayudaré si está a mi alcance. Ahora somos un equipo. Si te afecta a ti de esta manera, también me afecta a mí. Quiero que mi luna sea feliz', dijo tratando de tranquilizarla. Amaris se apartó el cabello de la cara y examinó a Dave con la mirada desde el otro lado de la mesa. 'No estoy segura de que sea algo en lo que puedas ayudar, Dave, aunque agradezco tu disposición. Mi presencia no será necesaria aquí mañana por la tarde, ¿verdad?'. Dave, con un ligero gesto de disgusto, entrecerró los ojos mien
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