Al otro lado se encuentra el auto, ambos suben y se marchan del club. Kyllian saca su móvil para avisarle a Zander que han regresado al hotel. Mientras, Willow observa la ciudad, lleva la cabeza apoyada de la ventanilla del auto, su mente divaga en las palabras que ha dicho su ex novio. En el fondo, ella sabe que lo que ha dicho no es cierto, jamás aceptaría dinero por más que lo necesite, revolcándose con cualquiera. Nunca caería tan bajo, al menos conserva su dignidad. Sin embargo, está involucrada en el plan de la señora Susanne para conquistar a su hijo, y la verdad no se siente bien haciendo esto. Quizá al principio no le importaba llevar a cabo toda esa farsa trillada que tanto había leído en las novelas románticas. Lo cliché dónde la protagonista por falta de dinero, aceptaba el contrato impuesto por su jefe; ser su esposa para recibir a cambio la herencia. Pero la realidad es que ella no está en una novela, lo más probable es que Kyllian al enterarse de todo, la despida y se
Leer más