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Todos los capítulos de Huyendo del padre de mi hija: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Invitación a cenar
—Estás muy feliz en la escuela últimamente, eh… —Lutxi se congeló en medio de jugar con su nueva esfera de masa inteligente que le había regalado el Dr. Zack cuando escuchó la voz de su madre—. ¿Algo que contar? —Su mamá la miró con una sonrisa mientras acariciaba su mejilla dulcemente.Nerviosa, Lutxi negó repetidamente, sacudiendo su cabeza de un lado al otro.—Nooooo…Su madre sonrió divertida.—¿Seguraaaaaaa?—Siiiiiii…Moira rio, pellizcándole las mejillas ligeramente.—Muy bien, muy bien. Entonces… —Calló cuando su celular sonó de pronto—. Oh, un minuto, bebé. Es del trabajo. —Le picoteo la nariz con un dedo antes de alejarse, hablando con quién sabe quién.Lutxi hizo pucheros.Últimamente su mamá estaba muy ocupada y apenas pasaban tiempo juntas, ni siquiera aunque ya se habían mudado a una nueva casa sola las dos. Muchas veces su madre terminaba llevándola a casa de su tía Lilly para que la cuidara mientras ella trabajaba.Eso la hacía sentir un poco triste, pero también podía
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Llegó el momento
Cuando su hija le dijo que Moira había accedido a invitarlo a su casa a cenar ese día viernes, Zack tomó una gran bocanada de aire.Por fin llegó el momento.Honestamente, había pensado que sería mucho antes. Creyó que Lutxi le diría de inmediato a Moira que él era su nuevo maestro y que entonces Miry llegaría a tirar su puerta abajo en cualquier momento, pero eso no pasó por más que ya estaba preparado mentalmente para la confrontación desde que empezó con la farsa de ser su maestro sustituto. Resulta que Lutxi ya sabía que no sería nada lindo que él y Moira se encontraran. La niña lo estuvo encubriendo todo este tiempo, pero Zack sabía que eso no era una buena idea y que no podían seguir con esos secretismos o los dos solo se meterían en más y más problemas. Oh, sí, su ex no solo asustaba a su hija cuando se enojaba, todos le temían a una Moira molesta. Mientras más esperará para confrontar a Moira, más problemas tendría con ella. Y ya tenían suficientes problemas. Los dos.Cuan
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Reencuentro
Zack y Lutxi vieron con los ojos muy abiertos a Moira desplomarse en el suelo de golpe.—¡La matamos! —La pequeña se llevó los puños al rostro, con los ojos muy abiertos.Moira verdaderamente había colapsado por la impresión de ver a Zack en su puerta ¡acompañado por SU hija! ¡Quien lo llamó su maestro! ¡¿Cómo era posible que él fuera el maestro del que tanto había estado hablando?! Nunca se le habría pasado por la cabeza. ¡Y es que era una locura!A pesar de que cayó, no tardó en volver a levantarse, viendo el rostro preocupado y culpable de la pequeña diablilla traviesa que tenía por hija y el rostro muy serio del bastardo embustero malnacido y tramposo que tenía como ex novio.Ese maldito desgraciado… ¡había engañado a su hija haciéndose pasar por su maestro! ¡Que bajo y que miserable! ¡¿Cómo pudo hacer algo tan rastrero?! Una furia inmensa la recorrió de solo pensarlo y de inmediato avanzó a paso fuerte hacia la puerta, odiando el hecho de que esa basura humana tenía un pie ya en
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Hora de hablar
Moira se mordió el labio mientras terminaba con los últimos detalles de la cena.¿Qué estaba planeando Zack exactamente con todo ese circo? ¿Por qué hacerse pasar como el maestro de Lutxi? ¿Por qué hacer que Lutxi lo invitara a cenar? ¿Desde hace cuánto sabía todo y qué quería ahora mismo? ¿Reclamarle por el secreto? ¿La custodia? ¿Sencillamente atormentarla? Probablemente todas las anteriores juntas. Ella siempre lo conoció a la perfección, pero ahora mismo no estaba entendiendo nada de sus acciones. Él, que siempre valoró la lógica y el razonamiento, estaba haciendo cosas sin ningún sentido. Preparó todo para la cena, pero de vez en cuando pasaba un poco demasiado cerca de la sala en su camino desde la cocina al comedor, escuchando de lo que hablaban Zack y Lutxi.Ellos hablaban más que nada de ciencia y tecnología. Aparentemente su hija había querido hacer una versión miniatura de un zen-bot, pero este estalló y ahora Zack quería enseñarle a usar nanotecnología para que pudier
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Corazones rotos
Moira guio a Zack hasta la pequeña biblioteca que usaba para sus documentos de trabajo y los libros de su hija, aparte de ser una especie de oficina y el lugar que podría usar si alguno de sus jefes quería hacer una reunión en su casa o si Lutxi quería llevar amigos para estudiar.Había una mesa baja con tres sillas alrededor y le indicó a Zack sentarse en una y ella se sentó frente a él.Hubo una incómoda pausa en lo que ninguno de ellos habló, hasta que Moira finalmente no pudo más con la curiosidad.—¿Qué quieres de nosotras, Zack? —preguntó seriamente.Él rio por lo bajo. —¿Eso es lo primero que preguntas? Siempre eres tan directa, veo que no has cambiado, colibrí. —Apoyó un codo en el reposabrazos, apoyando su mejilla en su puño y mirándola directamente, recorriendo su cuerpo con su mirada, de tal forma que la hizo sentir increíblemente nerviosa, por lo que se inclinó en su asiento, carraspeando. —No entiendo qué haces aquí, eso es todo. —Cruzó los brazos bajo su pecho—. Aunque
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El inicio de todo
A la mañana siguiente, Moira se despertó con los ojos hinchados e irritados de tanto llanto nocturno.Fue una noche difícil, apenas logró dormir solo unas cuantas horas.Era sábado y no tenía trabajo hasta la tarde, así que se dio un buen baño y luego bajó para preparar un desayuno elaborado para su linda hija.Ella bajó soñolienta de su cuarto, pero de inmediato se animó al ver toda la comida que le había preparado. Las dos tenían buen apetito, y a Moira le gustaba cocinarle a su niña, ya que para ella aprendió a cocinar, en primer lugar. Mientras desayunaban, Moira la miró seriamente.—No apreció que me hayas mentido respecto a tu profe, ya sabes.Ella se estremeció, antes de sonreír nerviosamente.—Perdona… creí que si lo veías de cerca él te caería mejor… —Hizo pucheros adorables que le hicieron muy difícil regañarla.—Aun así, no debes mentirle a tu madre, Lutxi. Yo solo quiero lo mejor para ti así que decirme las cosas nunca hace daño ¿sí? No vuelvas a mentirme. —La miró severa
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Factor de riesgo
Cuando llegó el lunes, Zack se alegró mucho de poder ver a su hija otra vez.El fin de semana había sido duro. No pudo dejar de pensar en su hija y en Moira y todo lo que hablaron, aparte del pasado y muchas preguntas de cómo hubiera sido la vida si tan solo un pequeño detalle fuera diferente… si hubiera tomado la decisión correcta… Pero bueno, el hubiera no existía y solo le quedaba seguir con sus planes para corregir aunque sea un poco todas las desgracias de su vida y las de su familia rota.Sonrió al ver a Lutxi sentada en su sitio y ella le devolvió la sonrisa levemente.Este plan de ser su maestro tenía todo para salir mal… pero era lo más seguro que podía hacer por ahora.La semana pasó tranquila. Dio clases a los niños y cada vez que podía le enseñaba a su hija todo lo que necesitaba para mejorar su modelo de zen-bot. Ella aprendía rápido y era muy brillante, aunque era cierto que el tema de nanotecnología era muy difícil de comprender por más que le estuviera enseñando solo
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Frío e insensible
Moira estaba muy ocupada últimamente.Le alegraba que hubiera tanto trabajo disponible para guardaespaldas y guardias de seguridad, pero en los eventos donde iba a hacer guardia no pagaban mucho y eran bastantes horas así que estaba un poco frustrada por no poder conseguir un trabajo más estable.No tenía problemas con el dinero para nada, pero le gustaría tener más tiempo para estar con su hija. Estar tantas horas lejos de ella por una paga buena, pero no tanto, no le parecía que valiera la pena. Fue en medio de revisar sus solicitudes para empleo que su hermana se apareció con una de sus sonrisas dulces.—Vine a hacerte una visita, Miry. ¿Es un mal momento?—Claro que no, siéntate. —Dejo sus papeles de lado por un momento, prestándole su entera atención a su hermana tres años mayor. Nada era más importante que la familia para ella.Hablaron de cosas triviales por un tiempo, hasta que Lilly de repente empezó a inquietarse.—Yo… tengo algo que decirte. Moira se puso seria.—¿Sobre
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El asistente
El lunes por la mañana, Zack tuvo una reunión con la señorita Mandy Anderson, la maestra titular de su hija, misma que acababa de regresar de sus vacaciones pagadas.—Dr. Zack. —Lo miró con una sonrisa encantada mientras se sentaba en su escritorio—. ¿Mis niños se comportaron bien con usted, no es cierto? Odiaría saber que lo hicieron pasar malos tragos. —Claro que se comportaron. Son buenos niños —admitió en medio de un bostezo.Había trabajado demasiado ayer en el laboratorio y en su empresa. Ahora que estaba menos horas entre semana debido a que estaba ocupado fingiendo ser el profesor de su hija, se esforzaba más los fines de semana en su empresa, por lo que acababa teniendo que sobre-esforzarse todos los días de la semana, sin descanso. —Me alegra escuchar que no lo volvieron loco. —Rio calmadamente—. Las vacaciones fueron muy agradables, pero ya estoy lista para volver al trabajo. —Suspiró profundamente, luciendo como si realmente no le gustara demasiado su trabajo de maestra.
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La guardaespaldas
Moira tenía mucho en su mente. Realmente estas estaban siendo de las semanas más difíciles para ella.Se sentía cansada mentalmente, pensando en lo mejor para su hija, lo que habló con Zack y las palabras de su hermana. Y también adaptarse al nuevo trabajo no era exactamente fácil después de años sirviendo como policía de escritorio en Londres.Estaba más contenta montando guardia afuera que sentada frente a una computadora, pero extrañaba cenar todos los días con su hija y era duro adaptar sus horarios de sueño ya que la mayoría de turnos eran por la noche.Era difícil, pero verdaderamente lo que más la preocupaba era su vida personal, más específicamente el qué iba a hacer con Zack y Lutxi.Ahora que ya sabía que él era su maestro, Lutxi disfrutaba contándole todo lo que su profe le enseñaba, y ella solo podía escucharla con una sonrisa resignada.Le gustaba que estuviera tan feliz y se llevara tan bien con su padre, aunque no sabía que era su padre…A veces tenía la leve tentación
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