Mi despertador biológico sonó y esta bendita manía de mear a las seis de la mañana en punto, la erección matutina tampoco ayuda a ponerme boca abajo, al moverme me di cuenta de que no abrazaba a una almohada. En ese instante llegaron los recuerdos, me quedé dormido abrazando a Lupe.Abrí mis ojos y ahí estaba la Renacuaja, anoche no encendí el aire acondicionado, dormimos con el ventilador, adicional a mi erección natural de la mañana, ahora se endurecía mucho más al ver a esa sirena canela en mi cama.Ya estoy obsesionado con esta vieja, ahora quién me aguanta, terminaré haciéndome la paja. Me acerqué, huele siempre a lo mismo, una mezcla de almendra con flores, ella siempre huele a fresco, es refrescante su aroma.Salí como un resorte de la cama, hice mi primera meada del día, es muy temprano, quiero que se arregle en mi cuarto, nunca se me pasó por la cabeza que la primera mujer en dormir en esta cama, en la casa de mis hermanos e Inés, que para mí es sagrada fuera nada más y nada
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