Los dos cayeron cansados en verdad era el mejor sexo que los dos habían tenido, solo que Adriano sentía miles de cosas pasar por su cabeza, eran miles de preguntas. Muchos sentimientos de por medio.Rebeca se dejó caer sobre el pecho desnudo de Adriano, lo amaba y de eso no cabía la menor duda, se había entregado en cuerpo y alma a Adriano Di Santis. Estar al lado de él, hacía que su cuerpo y su corazón actuara diferente, eso que él provocaba en ella era algo que no se explicaba, pero que sin duda era lo mejor que le había pasado.Adriano bajo su mirada y vio como ella respiraba tranquilamente, eso hizo que su cabeza explotara de angustia y sin pensarlo se puso de pie.Rebeca, quien estaba envuelta en las sábanas, lo miró con curiosidad.—¿A dónde vas? —le pregunto alzando una ceja, al ver que él se colocaba sus pantalones.—Adriano movió su cabeza no sabía que decir, se sentía como un completo idiota.—Me voy, tu padre debe estar por llegar y no quiero tener otro problema más con él
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