La noche cae bastante rápido, hay luna menguante y hace un frío intenso que te hiela hasta los huesos. El vestido que Enzo dejó para mí es demasiado revelador, me congelaré si uso algo como eso, no obstante, me lo pongo solo para matar la curiosidad de cómo se me vería.La caída queda perfecta a mi cuerpo, realza mi pecho y la silueta de mis caderas queda hermosa. Incluso yo misma me sorprendo al verme.La puerta se abre de improviso a mis espaldas, doy un respingo, Enzo está entrando vestido de traje y corbata, y no podría verse más guapo.Abre la boca, asombrado con mi atuendo.—¡Wow! Te ves muy bien.Se acerca a mí y me hace dar un par de vueltas, luego me toma de la cintura de forma atrevida.—Enzo, al menos pídeme permiso para tocarme así —reclamo.—No estoy acostumbrado a hacer eso, eres mía Cyrene, cuando te unas a mí, me pertenecerás —dice de forma posesiva.Una parte de mí odia esto, nunca había estado en una situación ni remotamente similar, sin embargo, el otro lado, el que
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