Llegué al acuario de Génova y despedí al chofer. Quería recorrer este lugar y perderme por un par de horas. Entre al acuario y Sonreí feliz.Mi padre una vez me contó que mi madre amaba este lugar y en sus planes estaban venir conmigo algún día. Ella amaba el océano y sus especies y sabía que al venir a Génova tendría que venir a ver esto que tanto adoraba ella.Durante un rato caminé por el mismo y vi las diferentes especies que en el océano residen; pingüinos, tiburones, animales antárticos, medusas, peces tropicales, focas y delfines. Veintisiete metros cuadrados de vida. Cuando llegue a los delfines me quede viéndoles durante mucho tiempo.Después de estar allí de pie durante un rato sentí que alguien se detenía a mi lado en silencio y al mirar de reojo vi a Massimo de pie a mi lado observando a los mamíferos—¿Qué haces aquí? —pregunté sin apartar la mirada de los delfines—¿Cómo me encontraste en este sitio tan grande? —seguí preguntando—Me desperté y no estabas—dijo sin más—El
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