Por unos minutos comimos en silencio y devore como pocas veces hacía. ¡Dios! tenía pendiente una buena sesión con Caleb en el gin—Está bien—dijo Conte rompiendo el silencio—¡Esto está de puta madre! —alabo a Lissa ganándose una risa de ambas—Lissa es muy buena cocinera—concorde con el—Gracias Lissa—la miré—Gracias por hacer esto por mí—dije refiriéndome por mejorar mi día. Estar en el hospital y someterme a las pruebas de rutina para saber que mis valores y lo demás estaban en orden siempre es estresante y me aterroriza como la mierda.—Y bien ¿Cómo fue todo en mi ausencia? —pregunte curiosa—La tienda está marchando como relojito suizo—comenzó Lissa—la Alocada Cristal y Marcelo han trabajado muy duro en estos días—asentí—Bueno. Todos—sonrió nerviosa. Conte carraspeo un poco y Lissa le dio una mirada matadora antes de mirarme y sonreír de forma radiante— También sucedió esto—dijo alzando su mano mostrándome un hermoso anillo de diamante rosa corte princesa rodeado de diminutos diama
Miro la puerta de emergencia y aún no sale nadie. Lissa junto a Cristal, el esposo de esta y Marcelo están aquí conmigo dándome apoyo y no puedo estar más que agradecida. Aunque mi estúpido y dolorido corazón solo quiere a una sola persona a su lado. —Te traje un poco de té—dice Lissa sentándose a mi lado. Niego y suspira resignada —¿Qué hace este Hijo de puta aquí? —dice furioso Marcelo y no puedo evitar que mi corazón se acelere al ver a Massimo junto a Conte caminando lentamente hasta donde estamos esperando noticias de mi padre —Le dije a Conte que no era apropiado que se acercaran—miro a Lissa y veo que está molesta —Si Marcelo no te da una paliza, te la voy a dar yo—gansa Dominic acercándose peligrosamente a Massimo que está parado a un par de metros de mí. Lo sé porque puedo sentir su cercanía, aunque no lo miro, no puedo. Si lo hago me desmoronare. —Ya basta chicos—digo y mi voz suena plana sin emoción. Algo sorprendente ya que estoy herida por este hombre que solo jugo
—¿Crees que este bien? —escuchó la voz preocupada de Lissa. Lentamente abro los ojos y estoy en una habitación del hospital. Lissa de inmediato llega hasta mí y sus ojos rojos me miran antes de empañarse con más lágrimas —¿Qué sucedió? —digo mirando con el ceño fruncido alrededor y veo a Cristal de pie al final de la cama de hospital con la misma expresión —Te desmayaste después de sufrir una crisis Todo me golpea al mismo tiempo. Las mentiras de Massimo, él enterándose de mi enfermedad, la pérdida de mi padre. Este último me golpea y a mi mente viene el sueño que tuve con mis padres y lágrimas silenciosas salen. Pero sé que esta bien, ahora se encontró con el amor de su vida y está en paz. —Tienes que saber que Massimo está afuera y dice que nose va ir hasta que hable contigo —la voz de Cristal es ronca —En este momento no quiero lidiar con Massimo—digo limpiando las lágrimas y respirando para calmarme— lo único que me importa es darle sepultura a mi padre —Deberías escuchar
Un nuevo comienzo. Eso es lo que necesito, me miro en el espejo y aliso el sencillo vestido negro que llevo. Hoy es el entierro de mi padre y una parte de mí se ira con él. Mi abuela junto a mi tío y su esposa están aquí desde Londres para apoyarme en este momento de mi vida. Hace dos días perdí a los dos hombres más importantes en mi vida. Toco mi cabello para aplacarlo un poco y se me hace extraño no sentirlo balancearse por mi espalda. Lissa casi se infarta al ver masacrada mi melena larga, pero es parte de mi nuevo comienzo. Tocan la puerta y segundos después mi abuela entra a mi habitación con una mirada preocupada —Ya estas lista mi niña—asiento hacia ella y esta llega hasta mí, me rodea con sus brazos y me reconforta. Tessa Adams es la mujer más fuerte que he conocido a sus casi setenta años aún se conserva muy bien. Su cabello esta blanquecido por el tiempo y sus ojos azules reflejan los míos —Ya es la hora ¿cierto? —preguntó tranquila. Ya no tengo más lágrimas que dar
MASSIMOLa veo alejarse con su tío y mis entrañas se revuelven. ¡Maldita sea! Necesito explicarme y pedirle perdón por todo lo que le hice pasar, quisiera estar a su lado en este momento y tratar de aliviar un poco su dolor. En cambio, partícipe en agregar más dolor a su vida. Camino lentamente hasta donde descansa el cuerpo de Pietro Lombardi y me quedo de pie frente a su última morada.—Gracias por estar con ella cuando yo no estuve—digo en voz baja y sintiendo un nudo en mi pecho—Lamento haberte arrastrado en mi estúpida venganza—cierro los ojos y respiro profundamente—Pero te prometo que haré lo posible porque Aurora me perdone y me dé una oportunidad de compensarla por todo lo que la eh hecho sufrir en estos últimos meses. Aún amo a tu hija y te juro que no tuve la intención de llevar a cabo mi plan inicial—Me agacho y tomo un puñado de tierra y la echó sobre la tumba —Descansa en paz porque aquí estoy yo para cuidar de Aurora—alguien a mi espalda se aclara la garganta y me levan
Una semana después Abrí la puerta y Marcelo entro a mi departamento seguido de Lissa y Cristal. Mi vuelo desde Londres había aterrizado temprano en la mañana y ahora todos estaban aquí para un almuerzo. En Londres me deje querer por mi familia y respire un aire nuevo que me dio una nueva perspectiva de a dónde voy y que camino debo seguir. —Te ves muy bien—me alabo Cristal mientras dejaba las bolsas de comida en la encimera de la cocina—Pero me molesto que no te despidieras de nosotros —No quería que nadie se enterará de mi partida—dije y no necesite decir más porque asintieron—Además, estoy de regreso —Te extrañe mucho—me abraza Marcelo y besa mi mejilla. Lissa por su parte me guiña. A ella fue la única que le dije a donde iba y cuando volvería —Trajimos una pasta con salsa Alfredo—informa Lissa—Cristal y yo la hicimos, además de un poco de pescado al horno con espárragos y vegetales—La veo vaciar las bolsas y comenzar a buscar las bandejas para servir —Marcelo tenía que encarg
—Me encanta como quedó el lugar—Lissa me siguió mientras caminábamos por la nueva tienda, las remodelaciones habían sido rápidas y sencillas.Solo agregar espacio derribando la pared, recrear el espacio de la caja registradora, una buena capa de pintura y ya estaba listo. Era temprano en la mañana y estaba empezando a crear en mi mete donde iría todo—La verdad es que valió la pena la pequeña inversión en la remodelación—dije sacando un trapeador y comenzar a limpiar el piso mientras Lissa limpiaba los restos de polvo que la remodelación dejo en los vidrios frontales.Lissa era la única que no estaba trabajando u ocupada en este momento y podría darme una mano. Marcelo trabajaba en una tienda en un centro comercial y Cristal tenía varias entrevistas esta semana. A pesar de todo aún podía contar con ellos—Por cierto. Massimo llego anoche de Génova—comentó como si nada mirándome de reojo. Massimo tenía dos semanas en Génova supervisando el proyecto de su casino. Bueno, eso fue lo que m
"Phoenix"Miro el nombre de la tienda y sonrió feliz. Esta primera semana ha sido fantástica, los turistas no se resistían a las cosas que ofrezco. Durante estos días he trabajado duro y todo marcha en orden gracias a Lissa que me ha ayudado hasta morir.Camino dentro de la tienda y tomo mis cosas para irme a mi casa ya que es un poco tarde y al pasar frente a una mesa no puedo evitar detenerme y mirar el arreglo gigante que me llego ayer en la tarde. Orquídeas. Mis flores favoritas, las cuales Massimo envió.Arreglos de flores, de frutas, chocolates y un sin fin de cosas me llegan a diario y la verdad no sé qué hacer. De verdad.Quiero odiarlo eternamente, pero es imposible.Resoplo enojada conmigo misma y cierro bien la puesta de la tienda y camino por las calles.La suave brisa de la noche me envuelve y apretó más la chaqueta a mi alrededor y sigo mi camino—¿Estas perdida Bella? —una voz escalofriante llega a mí y de reojo veo a un hombre alto que comienza a seguir mis pasos.Es l