Enrique abrió la puerta del dormitorio de Constanza, sinllamar siquiera, ella estaba dormida y su belleza le robo el aliento, se sentíacomo un hombre hambriento desesperado.- Constanza..- Murmuró sentándose al borde de la cama.- Constanza...- Repitió apartando el pelo de su cara, ella parpadeo varias veces unfemenino suspiro saliendo de sus labios.- Vamos despierta..Constanza se pasó una mano por sus ojos, su cabellodespeinado expandido por la almohada, nunca había visto una mujer tan bella,penso.- ¿Enrique?.- Lo llamo por fin con una voz ronca de sueño yera lo más excitante que Enrique había escuchado en toda su vida- Ha llamado mi doctora.- Eso pareció despertaba del todo.- ¿Y que a dicho?- Que no soy portador, no hay ninguna posibilidad quenuestro hijo padezca de fibrosis quísticaUn sollozo escapó de la garganta de Constanza, y Enrique laabrazo, dejando que ella liberará la tensión, hasta que su cuello estaba húmedopor las lágrimas- Tenía tanto miedo....- Musitó e
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