Bianca: La bella prostituta se quedo rigida como una estatua, sorprendida por la reacción, no solo del millonario, sino también la de sus padres. En especial la de su madre. Aquella mujer aterradora y extremadamente formidable ahora estaba observando el lugar por el que se habia esfumado Max, con la mirada fija y atenta, como si esperara que este regresara en busca de revancha. Lentamente, conforme los segundos pasaban y el calor del momento se desvanecia lentamente, la madre de Alexander se volvió hacia su hijo, pasando su mirada de el a Bianca con lentitud. Nuevamente volvía a ser aquella mujer tan fría y despreciable cargada de odio, rabia y rencor. Pero también, de un modo extraño, de alguna manera en que jamás lo habia sido, aquella mujer se convertia en madre. —Necesito respuestas de inmediato, Alexander—dijo la mujer, caminando hacia su esposo. Ella no lo tomo de la mano ni nada semejante. El tampoco se atrevio a hacer nada en su dirección. Sin embargo, era evidente que aq
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