Alexander:De manera instintiva, el millonario rodeo la cintura de Bianca con ambas manos, mientras empujaba su cuerpo hacia él, como si al hacerlo fuera capaz de detener el tiempo en ese solo segundo.Lo había olvidado por completo, pero los labios de aquella hermosa mujer tenían una chispa especial, una especie de magia que lograba transportarlo a otro mundo, otra realidad incluso, una mucho más fácil y simple. El sabor de aquel beso enmascaraba las fresas y la menta, algo que ciertamente volvía loco al millonario.Pero mas temprano que tarde, el beso finalizo, y Bianca se aparto de el con delicadeza, dedicándole una mirada que le dijo todo. Lentamente Alexander cayo en el mundo real, impactando ante la frívola verdad de aquel beso.Falso, eso había sido falso. Una actuación por parte de Bianca, como muchas de las que habían acordado. Todo con un único fin, mantener la fachada de pareja perfecta y feliz.—Te traje el almuerzo, cariño—dijo ella, con voz cantarina, feliz y alegre.Men
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