Cuando el chofer arribó a casa, intenté apartarme de Thomas, pero este me retuvo entre sus brazos, volviendo a su actitud de niño caprichoso.—No quiero que te vayas, estaré muy triste si me separo de ti —dijo con voz melosa.—Lo siento, pero tengo que entrar a casa, además, estoy cansada —repliqué, dispuesta a salir disparada del vehículo.—Por favor, déjame quedarme a tu lado.Al escuchar esto, alcé mi cara y me topé con su rostro tan descorazonado, el cual derribó mis barreras y no me quedó de otra que ceder a sus encantos.—Está bien, pero solo acompáñame hasta la puerta —dije
Leer más