Después de llegar a casa, mi hermana decidió tomarse algo de tiempo para darse una ducha y también para tomar una siesta. Entre el miedo y toda la emoción que significó viajar hasta aquí por primera vez quedó exhausta. Y no la culpo. Lo bueno es que durante las horas que mi hermana estuvo en su habitación, descansando, yo pude desempacar las pocas cosas que he traído hasta ahora, para ir ordenándolas en la habitación de Archie que a partir de esta noche vamos a compartir. Mientras tanto, él aprovechó para lidiar con algunos proveedores de la boda y, como es normal en él, para tener un par de reuniones de trabajo con los gerentes de los hoteles de Chicago y Washington.Una vez que termino de arreglar mis cosas, decido tomar una ducha para relajarme un poco. Mi cuerpo lo pide a gritos. Tomo una toalla y cuando estoy terminando de cubrir mi cuerpo con esta, entra Archie, sin camisa,
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