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Todos los capítulos de Una Madre para Gianna: Capítulo 41 - Capítulo 50
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Capítulo 41. La audiencia previa.
La mañana de la audiencia en el juzgado llegó más rápido de lo que hubiesen deseado, Bianca se despertó al amanecer y fue al baño, se sentía fatal por los nervios, sin embargo, se las arregló con las galletas saladas y el té que le preparó la cocinera.Lorenzo no se había dado cuenta de lo mal que se sentía porque continuaba durmiendo en la otra habitación, aunque no la trataba mal, lo hacía con una frialdad que la desesperaba.Esa mañana dejaron a Gianna en el colegio y se dirigieron a la audiencia en el tribunal de familia.Carmina llegó acompañada de su abogado y de Ofelia, al verla, Bianca entrecerró los ojos, debió ser su madrastra la que le informaba a su prima de su boda y de la últimas novedades de su vida. En el pasado siempre se llevaron muy bien y al parecer eso no había cambiado.Ofelia y Carmina la miraron con odio.―Ya sabemos quien es su espía, Lorenzo ―dijo Bianca señalando a su madrastra. Lorenzo las miró un segundo antes de darle la espalda.El juez entró a la sala y
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Capítulo 42. El pez pequeño mordió el anzuelo.
―Maldito juez, de seguro Lorenzo soltó mucho dinero para comprarlo ―le dijo Carmina a Ofelia cuando iban en el coche. Su mente de delincuente no podía asimilar que hubiera funcionarios honestos y que su reclamación estaba fuera de la ley. ―¿Y tu marido no puede ayudarte a llevarte a la niña? ―preguntó Ofelia. ―Dimitri me aceptará con la niña, podemos vivir en Rusia con él y me ha facilitado todo lo que necesito para llevármela, pero no quiere arriesgarse a que su nombre esté involucrado en el secuestro de un niño. Fui una ilusa al pensar que podía llevármela tan fácil, Bianca ya no es tan tonta y confiada como antes y no aceptó sacarla del colegio, sino que llamó a Lorenzo, pensé que al contarle lo del niño él la echaría de su lado. ―Te dije que ella le había contado lo de su hijo. ―Sí, aunque creo que no le contó todo porque conozco a Lorenzo y sé que se sorprendió cuando se lo dije, pero aun así sigue con ella. Tal vez debí secuestrar a Gianna antes de que se dieran cuenta de qu
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Capítulo 43. El pez grande se comió al pequeño.
Lorenzo y Bianca se encontraban parados en la entrada del salón recibiendo a sus invitados, al lado de Lorenzo estaban sus padres: Gisela y Armando. del lado de Bianca se encontraba Dante. Gianna estaba dando vueltas por el salón con Dora detrás de ella y el ojo de los guardaespaldas puestos sobre la niña. Bianca estaba muy inquieta y no podía quedarse tranquila. ―No te preocupes tanto, todo saldrá bien. ―le dijo Lorenzo al oído tomándola de la mano. Su esposo había investigado la cuenta bancaria de todos los trabajadores de la casa y encontró que una de las doncellas había recibido varios depósitos con grandes sumas de dinero. La chica había sido interrogada y confesó haberle pasado información a Carmina, también les dijo que su exesposa pensaba entrar a la casa con la excusa de poder ver a su hija y despedirse de ella. Su jefe de seguridad y él se miraron preocupados. Lorenzo decidió facilitarle las cosas. Para no ser denunciada ante la policía como cómplice de secuestro la donc
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Capítulo 44. Un nuevo recuerdo.
La fiesta terminó en la madrugada, Bianca a pesar de no haber tomado nada de alcohol se sentía eufórica, por lo que al entrar en su habitación se giró y besó a Lorenzo con pasión pegándolo a la puerta. Un poco sorprendido, pero gratamente impresionado él devolvió el beso hasta que unos segundos más tarde tomó el control de la situación.Levantó en brazos a su esposa y la llevó a un lado de la cama, con impaciencia comenzó a buscar la cremallera para deshacerse del vestido. Al mismo tiempo Bianca metió las manos por dentro de la chaqueta de Lorenzo y la empujó sobre los hombros de él hasta que cayó al piso. Las manos de su esposo volvieron a la búsqueda de la cremallera perdida, la impaciencia le hizo gruñir.―¿Dónde está la m@aldita cremallera?Bianca rio con ganas.―Desvístete mientras yo me quito el vestido ―respondió risueña.Lorenzo comenzó a arrancarse la ropa, mientras sus ojos miraban a Bianca que sonreía con diversión al ver la cara de frustración de su marido. Con coquetería
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Capítulo 45. Las casualidades no existen.
En Sicilia se alojaron en una lujosa mansión frente a la playa que Lorenzo alquiló por un mes. El día anterior llegaron en la tarde, tuvieron que retrasar el vuelo unas horas porque Lorenzo tuvo que ir a declarar a la delegación a declarar en contra de Carmina después de que a Bianca se le pasara el dolor de cabeza.Al día siguiente en la mañana después de desayunar una impaciente y feliz Gianna se marchó a la playa con Gia, Danetta y Mateo, el más pequeño de los Romano, además de dos guardaespaldas. Los chicos corrieron al agua a darse el primer chapuzón del verano. Los adultos permanecieron en la terraza de la casa discutiendo los planes.―Iremos primero al Hospital de San Patricio que es el más cercano a la casa de Carmina ―dijo Lorenzo revisando en su Tablet todas las ubicaciones de los hospitales de Sicilia.―No creo que allí encontremos algo, ese fue el hospital donde atendieron a Bianca después del accidente ―señaló Dante ―es poco probable que cuando la llevaran a ese lugar no
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Capítulo 46. Una verdad descubierta.
La consciencia volvió a Bianca poco a poco, su mente se vio inundada de recuerdos, comenzando por la noche en la que quedó embarazada, recordó la cara de un dormido Lorenzo y la rabia la inundó, él era el padre de su hija.Recordaba muy bien que había dicho que Gianna era su hija porque se le hizo una prueba de paternidad a escondidas. ¿Era probable que la hubiese tomado estando ambos pasados de copas y no lo recordara? ¿O podía ser que Lorenzo hubiese abusado de ella porque se emborrachó? ¿Entonces porque no la reconoció el día que fue a pedir trabajo? ¿O sí lo hizo? ¡Dios! Estaba tan confundida.Decidida a descubrir la verdad abrió los ojos.―Bianca, cariño, nos has dado un susto de muerte, al fin despiertas ―dijo Lorenzo con el rostro preocupado.A su alrededor estaban Dante y Gia mirándola con preocupación.―¿Dónde está Gianna? ―preguntó con determinación en la voz y los ojos echando chispa. Había recuperado a su hija, pero nunca podría recuperar los primeros cuatro años de su vida
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Capítulo 47. Reuniendo pruebas.
Lorenzo salió de la habitación y se fue a la terraza a llamar a su abogado. Le contó toda la historia y lo que habían descubierto.―Necesito que tomes una copia del acta de nacimiento de Gianna y vayas al registro principal para validarla, si es falsa, pide el documento origina, por favor. Mañana iremos a la maternidad a verificar la información que tenemos. Cuando logremos reunir las pruebas Bianca y yo, iremos a presentar cargos.Al terminar la conversación con su abogado, Lorenzo se sentó en un sofá con las manos en la cabeza, tenía ganas de llorar de la rabia y la impotencia. ¿Por qué Carmina se había ensañado con Bianca? Estaba seguro de que se había casado con él por el dinero y lo había engañado como a un adolescente.Un minuto después sus padres entraron y se sentaron a su lado, uno en cada lado. Hacía mucho que no necesitaba el consuelo de sus padres, pero ese día se permitió recostar la cabeza en el hombro de su mamá.―Dante nos contó a grandes rasgos lo que había ocurrido,
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Capítulo 48. El ave voló a la primera oportunidad.
Unos minutos más tarde, dos oficiales de la policía llegaron a la oficina del director de la maternidad. Después de las presentaciones de rigor el director, Bianca y Lorenzo les contaron a los oficiales lo que habían descubierto y lo que pensaban que había ocurrido.―Traje la copia del acta de nacimiento de mi hija ―dijo Lorenzo ―mire la numeración, es la misma que está registrada en el libro y en la copia dice que mi hija nació en Roma por lo que se evidencia que es falsa.―Según la codificación impresa en el acta los primero cuatro números corresponde a un centro hospitalario en Sicilia ―explicó el director ―y los siguientes cuatro indican el centro hospitalario y estos corresponden a esta maternidad, por lo que puedo asegurarles que el acta que tiene el señor Rizzo en su poder es falsa.―Carmina Espósito le robó su hija a mi esposa para presentarme como suya y presumimos que intentó asesinarla en aquel accidente. ―Para emitir una orden de captura debemos presentarle al juez prueba
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Capítulo 49. Un día de buenas noticias.
Bianca le dio el almuerzo a Gianna y la acostó a dormir la siesta, eran casi las tres de la tarde cuando Lorenzo entró a la habitación y encontró a su esposa al lado de su hija mirándola dormir, como si temiera perderla de nuevo o estuviera llenándose los ojos con su imagen.―Es la hora, debemos ir a buscar la prueba, ¿quieres ir o prefieres que la busque y te la traiga?―Vamos, quiero regresar rápido para darle la noticia a mi hija.Esa vez salieron de la casa solamente acompañados de sus guardaespaldas. Llegaron al laboratorio y el técnico les tenía los resultados listos en un sobre que le entregó a Bianca.Las manos le temblaban mientras abría el sobre, al leer el resultado sus ojos se llenaron de lágrimas―Es mía, Lorenzo, mi bebé perdido ―dijo con voz temblorosa abrazando a su esposo y enterrando la cara en su cuello ―no sabes la tranquilidad que siento al saber que todo este tiempo fue amada y protegida por ti, que ha sido feliz. No sabes las ganas que tengo de contárselo a mi p
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Capítulo 50 Una luna de miel compartida.
―Necesitamos aprender sobre control de natalidad, Lorenzo.Lorenzo se echó a reír al ver la cara enfurruñada de Bianca.―¡No te rías que es en serio! ―protestó Bianca a pesar de que una ligera sonrisa asomó a su cara.―Si te digo la verdad te molestarás conmigo, así que mejor disfrutemos de este embarazo como no pudimos hacerlo la vez anterior.―¡Oh no! Ahora me dirás ―replicó Bianca.―Al principio cuando no tenía una buena opinión de ti pensaba que te cuidabas como la mayoría de las chicas modernas y después de que me enamoré desee embarazarte y que te quedara conmigo para siempre.―Eso me lo estoy pensando ―dijo Bianca en juego.―¿Lo de quedarte conmigo para siempre? ―preguntó Lorenzo.Bianca asintió con la cabeza.Su furia había pasado y se sentía contenta por el inesperado embarazo, aun cuando hubiese querido esperar un poco más. Sabía que no se había cuidado, pero estaba tan ocupada con tantas cosas pasando en su vida que no pensó en eso.―¿Puedo convencerte de quedarte? ―pregunt
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