Los meses van pasando de prisa y la empresa de Camila ya está próxima a iniciar operaciones, ella está muy encantada porque hoy será la inauguración y le tocará que hablar frente al público, bueno, también está nerviosa y preocupada por pensar en que nadie más que sus suegros, su cuñado y su esposo va a llegar a festejar con ella.— No te atrevas a pensar en eso, cariño, ya verás que serán muchos los que se harán presente, todo será un éxito, ten fe de ello y sucederá. —Le aconseja su marido, sin embargo, ella dice que hasta no ver no va a creer.— Amor, ayúdame a subir el cierre de mi vestido, por favor. —Pidió Camila, ya solo eso le hace falta para terminar de vestirse y luego salir para el lugar en donde se llevará a cabo la inauguración.— Lo haré, pero quiero que sepas que no me agrada para nada ese vestido que tienes puesto.— ¿Por qué no? A mí me encanta mucho porque es muy cómodo y me aplaca bastante mis lonjas. —Se defendió haciendo un puchero.— Tú, te sientes cómoda con él,
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