Cuando Daryl al fin abre los ojos con cierta dificultad, está en un hospital, su padre al ver que reacciona sale de la habitación para llamar al doctor, quien entra de inmediato para evaluarlo. —¿Cómo se siente, señor Marchetti? —le pregunta este mientras revisa sus ojos con una linterna pequeña, pero no hay respuesta, de Daryl no sale ni una palabra. El médico insiste—. ¿Alguien le hizo daño? ¿Cómo se siente? Fatal. Su mente, su alma, su corazón y su cuerpo le queman, es un dolor intenso el que siente lo recorre, como si estuviera en su sangre y a su corazón le costara bombearlo. ¿Si alguien le hizo daño? Sus padres, Anabet, él mismo… pero no es eso lo que preocupa al hombre, sino el daño que él había causado a su amor, una mujer inocente. Ya no tenía ninguna duda de que Zoe era la más inocente en todo lo que había pasado. Él pudo negarse aquella noche a sucumbir a la pasión, después de todo, no había tenido intimidad con Anabet, aunque ella se había insinuado varias veces. Ahora
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